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      La ensalada, imposible: carísima y con poco sabor

      Tras la fuerte suba de la cebolla, aumentaron la lechuga, el tomate y el morrón. Lo atribuyen al exceso de lluvias. Los consumidores llaman a un boicot y se quejan por la falta de gusto.

      La ensalada, imposible: carísima y con poco saborCLAIMA20150821_0038 La ensalada, imposible: carísima y con poco sabor

      Sin preguntar precios, Adela le pidió al verdulero lo básico para las ensaladas de la semana: un kilo de tomates, dos plantas de lechuga, medio kilo de cebollas y un morrón. “Son 80 pesos”, soltó el comerciante. La anciana, vecina de San Cristóbal, quedó muda: hace sólo un año habría comprado lo mismo por 34. “Así no hay jubilación que alcance”, protestó. Dejó parte de la mercadería y se fue.

      Estas escenas se volvieron comunes tras el reciente salto que pegaron los precios de los vegetales más usados por los argentinos para sus comidas. En los últimos días, los valores llegaron a quintuplicar los de hace 12 meses, los “Precios Cuidados” se volvieron inhallables y crecieron las quejas de los clientes. Porque sienten que los productos están carísimos y que, encima, tienen “sabor a nada”.

      El caso más llamativo es el de la cebolla. En agosto de 2014, el kilo rondaba los $ 6,70. A comienzos de este año ya superó los $ 10 y, en estos días, verdulerías y supermercados lo tienen a entre $ 35 y $ 40, muy lejos de los $ 8,20 acordados con el Gobierno. En promedio, el precio subió 465% en un año.

      Pero no es lo único. El kilo de lechuga criolla o mantecosa, que suele rondar los $ 20 el kilo, se ve hoy a entre $ 33 y $ 40, mientras que la francesa y la morada llegan a venderse por $ 60. La lechuga de “precio cuidado” debería salir $ 14, pero es imposible de encontrar.

      Y algo similar ocurre con el tomate. El Gobierno acordó el redondo a $ 14,30 por kilo, pero el que se consigue ronda los $ 23. El perita, por su parte, se encareció 38% en el último año, según relevó Consumidores Libres. ¿Cuánto sale el morrón rojo? En una recorrida, Clarín lo halló en un rango que va de los $ 47 a $ 60 el kilo. Es el doble del valor “cuidado” de 28 y 77% más que lo que valía hace un año.

      Así, de los ingredientes típicos, sólo la zanahoria tuvo una suba algo más suave (23% anual), aunque el kilo ya puede verse a $ 17. Y hasta hay problemas con el aceite, otra clave de la ensalada, que subió 19% desde enero y tiene su compra cada vez más restringida (ver aparte).

      “Hace poco se conseguía la bolsa de cebollas a $ 150 en el Mercado Central, pero hoy no baja de $ 500 y puede llegar a $ 600. Entonces, a menos de $ 40 el kilo no la puedo tener”, se excusa un comerciante de Colegiales. “A ese precio, ya nadie te lleva dos kilos, como antes. Algunos piden una cebollita nomás. Otros te cambian por verdeo o por ajo, y también están los que se van sin nada, enojados, como si uno tuviera la culpa”, agrega Marcos Aparicio, dueño de una verdulería de Barracas. Otros comercios consultados de Capital y el Conurbano pintaron un panorama calcado.

      El Mercado Central atribuyó la escalada de los precios de la cebolla a que está escaseando a raíz de un exceso de lluvias antes de la cosecha en las zonas de cultivo (sur de Buenos Aires y parte de Río Negro). En el caso de la lechuga, en el sector también culpan a las abundantes precipitaciones registradas en las últimas semanas que derivaron en las graves inundaciones en la Provincia de Buenos Aires.

      Asociaciones de consumidores, sin embargo, denuncian que también existe especulación y le piden a la gente que, en lo posible, no compre los productos que aumentaron, así se acelera el regreso de los precios a la normalidad.

      “Así como en su momento, un boicot de los consumidores hizo bajar rápidamente los precios del tomate y la calabaza, ahora se hace necesario llevar a cabo esa misma medida pacífica, pero efectiva, para lograr que la cebolla vuelva a tener un precio justo”, indicó Héctor Polino, de Consumidores Libres.

      Sandra González, titular de Adecua, coincide en que “hay que dejar de comprar hasta que baje”. Y agrega: “Hay mucha bronca porque la verdura se puso carísima y, para colmo, no tiene gusto a nada o es espantosa. Si uno compra verduras de una quinta nota la diferencia, todo el sabor que se ha perdido”. Es un reclamo que, principalmente, afecta al tomate (ver aparte).

      Los comerciantes, en tanto, también protestan. Y no sólo los verduleros, que ven sus ventas afectadas. En restoranes, pizzerías y casas de empanadas ya advierten que, si los precios siguen altos, deberán remarcar el menú.


      Sobre la firma

      Martín Grosz

      Redactor de Sociedad y Consumo mgrosz@clarin.com

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