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      ¿Cómo hacer para no morir? la pregunta que 5 multimillonarios planetarios le hicieron a un periodista en medio del desierto

      ¿Cómo hacer para no morir? la pregunta que 5 multimillonarios planetarios le hicieron a un periodista en medio del desiertojeff Bezos, Elon Musk, Peter Thiel, Sam Altman, Mark Zuckerberg

      Los multimillonarios globales quieren saber cómo salvarse del apocalipsis. Quieren saber cuánto deberán pagarles a sus guardias privados para garantizarse lealtad cuando el planeta haya colapsado. Quieren saber cómo hacer para protegerse de hordas que querrán salvarse junto a ellos (o vengarse de ellos). Cómo evitar que les trepen el cerco. Quieren saber cómo hacer para no morir. La semana pasada en España, la vicepresidenta segunda en funciones del Gobierno, Yolanda Díaz, mencionó durante un encuentro a las “élites tecnológicas” y un supuesto “plan B” para huir del mundo y protegerse ellos y ellas solas. “Esas élites son conscientes de que nos vamos al carajo”, dijo.

      Douglas Rushkoff, escritor, columnista y profesor de cultura virtual, estadounidense. (rushkoff.com)  Douglas Rushkoff escritor, columnista y profesor de cultura virtual.Douglas Rushkoff, escritor, columnista y profesor de cultura virtual, estadounidense. (rushkoff.com) Douglas Rushkoff escritor, columnista y profesor de cultura virtual.

      Díaz estaba citando a un entendido, con acceso exclusivo, que acaba de dar conferencias en Madrid: el pensador y periodista Douglas Rushkoff, nacido en Nueva York hace 62 años y habitual columnista de The New York Times sobre tecnología y futuro. Según Rushkoff, la élite tecnológica tiene un plan para sobrevivir a la debacle global: dejar a toda la humanidad detrás.

      El año pasado, cinco multimillonarios convocaron al teórico a un resort en medio del desierto californiano para mantener una charla privada. ¿Qué era lo que querían saber? Cómo sobrevivir a lo que lo que consideran “El evento”. El evento podría tener la forma de una próxima pandemia o una disparada del calentamiento global o de una explosión nuclear, pero sea cual fuere esa forma, los magnates sienten que por ese acontecimiento se avecina una imparable catástrofe social.

      Alaska, un confín del mundo visto como posible refugio por los grandes magnates. Alaska, un confín del mundo visto como posible refugio por los grandes magnates.

      Rushkoff llegó a la conclusión de que estos hombres están bajo la influencia de otro tópico que repiten como un mantra: “La mentalidad”. Se trata de una certeza pergeñada desde Silicon Valley, como una verdad indubitable, de que ellos y sus allegados pueden romper las leyes de la física, la economía e incluso la moral para escapar del desastre (creado por ellos mismos) con el dinero y la tecnología adecuada.

      ¿Marte, Alaska o la Luna?

      De esas charlas, el experto escribió un libro titulado “La Supervivencia de los más ricos”, no editado en la Argentina, pero presentado recientemente en España. En sus páginas, Rushkoff rastrea los orígenes de esa mentalidad en la ciencia y la tecnología hasta su expresión actual en las misiones a Marte, los búnkeres insulares, el futurismo de la inteligencia artificial y el metaverso.

      Viaje a la Luna, ¿otro destino de millonarios?Viaje a la Luna, ¿otro destino de millonarios?

      Perfila personajes fascinantes, que son noticia por sus caprichos y explica por qué quienes tienen más poder para cambiar nuestra trayectoria actual en verdad no tienen interés en hacerlo. “Más bien porqué esos hombres ven oscuridad en el mundo que ellos mismos están formateando hoy con sus negocios”, define el autor.

      “¿Nos conviene ubicar nuestros búnkeres subterráneos privados en la Patagonia o en Nueva Zelanda? ¿Qué es más probable, el cambio climático o la guerra biológica? ¿Cuál es el mejor método para que los guardias de seguridad de nuestros refugios no se vuelvan contra nosotros? ¿Cómo vamos a resistir a la agitación social?”, le preguntaron a Rushkoff sus clientes tope de gama. “En principio, a sus empleados deben pagarles bien”, les dijo, de manera irónica, el gurú consultado.

      Fue estandarte de la cultura ciber punk de los años 80, pero ahora Rushkoff se luce como consultor de grandes fortunas. Su pensamiento se inscribe en una marea de teóricos que comienzan a advertir que estos mismos hombres ahora preocupados por salvarse ellos mismos, son los promotores de un post capitalismo basado en otro concepto sustancial: la vida sin pausa, de consumo perpetuado, o la fórmula 24/7.

      Jeff Bezos le apunta al espacio, ¿para salvarse?Jeff Bezos le apunta al espacio, ¿para salvarse?
      Así sería la nave que viaje a Marte y las primeras escenas de los humanos en el planeta rojo. Así sería la nave que viaje a Marte y las primeras escenas de los humanos en el planeta rojo.

      “24/7 (24 horas siete días a la semana) significa que no hay intervalos de calma, silencio o descanso y retiro. Se trata de una condición de exposición y visibilidad permanentes, un mundo iluminado ininterrumpidamente en el cual nada de lo íntimo puede permanecer oculto o en el ámbito privado. Es sinónimo de la implacable traducción a valor monetario de cualquier intervalo de tiempo posible o de cualquier relación social concebible, de hacer todos los elementos de nuestras vidas convertibles a los valores del mercado. La mayoría de los motores básicos de la vida humana —el hambre, la sed, el deseo sexual, y, desde hace poco, la necesidad de amistad— han sido transformados artificialmente en formas mercantilizadas. El único espacio no colonizado por estos hombres es el sueño. El único momento en que no pueden vendernos y no hacernos desear nada”, dice Jonathan Crary, profesor de Historia de Arte Moderno en la Universidad de Columbia de Nueva York y autor del libro “24/7”.

      Cary es contundente y suele decir: “Si queremos seguir viviendo en este planeta, debemos limitar internet”.

      Pero, ¿quiénes son estos magnates inquietados por su propia creación? ¿a dónde quieren refugiarse? Son los grandes titanes de la tecnología. Personajes que trascienden sus rubros de origen y ahora son trascendentes y globales. Son vistos como super hombres y los focos apuntan a sus vidas privadas y a sus extravagancias, pero no precisamente al escepticismo y al desencanto que los moviliza a querer salvarse. A buscar, por ejemplo, a los mejores ex Navy Seal disponibles en mercado para tenerlos como guardias privadas. Sienten que alguien les pueden venir a cobrar por ofrecer “progreso” ocultando el inmenso daño colateral.

      Mark Zuckerberg junto a su esposa y sus hijas.Mark Zuckerberg junto a su esposa y sus hijas.

      La lista está repleta de celebridades.

      Jeff Bezos, fundador de Amazon, creador del comercio virtual, quiere viajar al espacio y ya se han lanzado en cohetes de factura propia. Elon Musk, el fundador de Tesla, dueño de Twiter y ahora hombre más rico del mundo, busca colonizar Marte. Sam Altman, uno de los forjadores de la Inteligencia Artificial, y Ray Kurzweil, de Google, ambicionan cargar sus mentes en ordenadores. Mark Zuckerberg ya dijo que quiere "refugiarse en el metaverso".

      Elon Musk junto a uno de sus hijos en una de sus fábricasElon Musk junto a uno de sus hijos en una de sus fábricas

      Larry Ellison, cofundador de Oracle, suele decir que aceptar el hecho de morirse resulta "incomprensible" y Serge Brin, uno de los fundadores de Google, ha llegado a afirmar que espera "curarse de la muerte". Peter Thiel, emprendedor en serie, co fundador de Pay Pal y de Facebook, pero sobre todo innovador en el negocio de la inmortalidad, ambiciona revertir el proceso del envejecimiento. Planea vivir 120 años y para lograrlo dedica sus esfuerzos empresariales y su dinero a invertir en star up de biotecnología que tratan de conseguir un sueño que algunos han logrado convertir en necesidad y negocio: alargar la vida. Es el club de los súper magnates que conversa en desiertos con el nuevo gurú del futuro Rushkoff.

      El mismo que suena certero cuando se le pregunta qué es la mentalidad, en qué consiste lo que piensan estos hombres. “Es la idea de que, con suficiente dinero y tecnología, los multimillonarios pueden escapar de los daños que están causando con sus empresas. Es pensar que siempre hay otra solución tecnológica o de mercado para los grandes problemas sociales y medioambientales. Y que el individuo rico puede seguir elevándose por encima del resto. Es una forma extrema de ateísmo que dice que los seres humanos son solo material y no tienen alma, que no hay sentido en la realidad, que la vida es solo información y que todo lo que importa es difundir sus genes y sus medios. Es pensar que el éxito es comprar Twitter y dejar embarazadas a tantas mujeres como sea posible”.


      Sobre la firma

      Gonzalo Sánchez
      Gonzalo Sánchez

      Editor de la sección Sociedad gsanchez@clarin.com

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