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      La historia del cordobés que publicó los precios de la carne en dólares

      José tiene un autoservicio en capital provincial y dice que estimula el vínculo con los clientes a través del humor y el buen trato. "Fue un chiste”, explicó.

      La historia del cordobés que publicó los precios de la carne en dólaresUn autoservicio de la ciudad de Córdoba puso los precios de la carne en dólares, buscando divertir a sus clientes (captura de video La Voz del Interior).

      José sabe mucho de valores. Para algunos esto quedó claro con el revuelo que despertó su pequeño supermercado de la ciudad de Córdoba, cuando este martes se difundió que los precios de los cortes de carne estaban en dólares. Pero en su WhatsApp, el comerciante dice algo más sobre su idea de “valor”. Bajo la foto de perfil puso una frase que lo resume: “Darle valor… a lo que vale…

      Pero, ¿qué es lo que “vale” para este cordobés de 44 años, entre indignado y orgulloso por tanto agite mediático frente a su negocio, que hasta hace unas horas mostraba pizarras con frases como “falda, US$ 3,75” o “costilla, US$ 5”? 

      Chistes aparte, cabe aclarar que dolarizar los precios exhibidos al consumidor no está permitido en la Argentina.

      Pablo, el carnicero del local y quien tuvo la idea de generar un "impacto jocoso" con los precios en dólares (La Voz del Interior).Pablo, el carnicero del local y quien tuvo la idea de generar un "impacto jocoso" con los precios en dólares (La Voz del Interior).

      En la charla con Clarín, José fue claro: dice que cada día se esmera por ser un comerciante distinto, conectado con sus clientes “a través del humor o una caricia”.

      Como había informado inicialmente el diario cordobés La Voz del Interior, José maneja un pequeño autoservicio familiar llamado "La Paz", en el barrio Alto Alberdi de la capital provincial, en la esquina de Santa Ana y Ángel Ávalos.

      Y así como un día le dio luz verde a Pablo, el carnicero, “quien tuvo la ocurrencia de poner los precios de la carne en dólares, para reírnos un poco de la dura realidad y generar un impacto jocoso”, José se ocupa de lookear, cada tanto, su mercadito.

      José es quien maneja este comercio famliar (captura de video La Voz del Interior).José es quien maneja este comercio famliar (captura de video La Voz del Interior).

      “Suelo poner ‘carteles energéticos’. Por ejemplo, en la carnicería, frases con doble intención pero buena onda, como La mejor curva de una mujer… es su sonrisa. O también, Hoy es un buen día para empezar. En las pizarras de la vereda generalmente se ponen frases como 'pan, 50 pesos el kilo'. Yo te pongo un dibujo de un pan y debajo te escribo Made in France (risas). ¡Obviamente no es pan de Francia! Son cosas que leo o que se me ocurren a mí”, contó.


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      Es nuestro distintivo", sintió que debía aclarar. Y detalló: "Parecemos un supermercado chino, pero no lo somos. Tenemos una relación con los clientes y ellos entienden que somos así. En otros negocios, entrás y está sonando la radio o está prendido el tele, con el noticiero… la verdad es que no es muy estimulante para la gente. Yo te pongo videos musicales de los años ochenta y hasta unas pequeñas luces para que reflejen un poco… a veces, globos con colores también”.

      La búsqueda de José también es para crear un clima puertas adentro: “Queremos tomar el trabajo con buena onda. Tenemos ocho personas trabajando con nosotros y pasamos buena parte del día juntos. Por eso tenemos pegadas fotos de los empleados, de los clientes… y las chicas, en las fechas especiales, a veces eligen ponerse ciertas remeras o sombreros. De la misma manera, el Día de la Mujer te regalo una flor, el 25 de Mayo, una empanadita...”

      En definitiva, “son gestos para que el cliente se distienda. A mí me gustaría que me trataran así. Dejás tu mango y es lo menos que podés recibir”.

      A los ansiosos por ver los carteles en dólares, cabe aclarar que ya no los encontrarán: “Los saqué, en parte porque los vamos renovando. Pero también porque por ahí en algunas redes sociales hubo gente que lo tomó a mal. Yo no quería ofender a nadie, ni politizar, ni fanatizar, ni dolarizar".


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      "Me sorprendió gratamente la viralización de todo esto, pero es una lástima tener que aclarar que fue un gesto de humor. Algunos hablaron de una estrategia de marketing… un delirio. Acá, si hay que repartir panfletos o limpiar, lo hago yo”, apuntó.

      Ante la pregunta por su optimismo y energía, por su perfil de comerciante diferente, José reflexionó: “Trato de ofrecer lo que vivo cada día. Tengo una sobrina con Síndrome de Down y un hijo hipoacúsico de tres años. Hay cosas que te cambian la vida. Además, vengo de una familia muy particular. Mi viejo era docente y mis hermanas son docentes. Somos muchos y familieros. Tratamos de tener buena onda. La gente después te lo reconoce”.


      Sobre la firma

      Irene Hartmann
      Irene Hartmann

      ihartmann@clarin.com