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      Con las mujeres, crece la economía

      La columna de carola Sainz


      Después de cubrir durante años noticias femeninas, rescato lo que más me impactó de la apertura del Women 20, donde se debatieron propuestas y se analizaron asignaturas pendientes en lo que hace a la igualdad de género, con el fin de promover políticas inclusivas. En una semana donde se jugó también el futuro de las jubilaciones, ésta es la realidad de otro sector vulnerable o “vulnerado” como el femenino, según los líderes que se reunieron para el kick off en la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes, el lunes pasado. A modo de balance de este año que termina, retomo algunas de sus conclusiones:

      • “Existe una brecha digital y de financiamiento. En la agenda del G20, el empoderamiento de la mujer es clave” (Embajador Pedro Villagra Delgado, sherpa argentino para el G20).
      • “Lo ideal sería dejar de hablar de género y discapacidad. En ese momento, tendríamos integrado el tema. El talento femenino representa un tercio de la fuerza laboral internacional. Si revertimos esa cifra, se produciría un fuerte crecimiento económico. La igualdad de la mujer supone progreso para todos. La propuesta para 2018 es que haya una mayor participación femenina en el mercado laboral, el mundo digital y financiero. El foco va a estar puesto también en la mujer rural, responsable de la mitad de la producción de alimentos a nivel mundial” (Vicepresidenta Gabriela Michetti).
      • “En la Argentina es baja su participación en el mercado de trabajo. Esto es un problema a resolver. La escuela pública tiene menos horas de clase que la escuela privada. Hay madres que no pueden trabajar para cuidar a sus chicos. Si se extiende el horario escolar, mejoraría la educación y tendríamos más paridad de género” (Nicolás Dujovne, ministro de Hacienda).
      • “Aún nos enfrentamos a batallas muy difíciles. Entre 2012 y 2015, la brecha disminuyó apenas un 0,7% y la disparidad de sueldos se mantiene en 30% e incluso aumenta cuando las mujeres tienen hijos. Tenemos que compartir las licencias por paternidad. Necesitamos que crezca el número de mujeres en puestos de liderazgo. Es esencial atacar de raíz los estereotipos de género. Educar a los niños en las escuelas y a los medios de comunicación. Aumentar la presencia femenina en áreas de tecnología y matemática, donde están menos representadas” (Gabriela Ramos, sherpa de México).
      • “No es una lucha en soledad sino en colectivo. No es para dar individualmente. El primer cambio cultural esencial es no considerar a las mujeres como un grupo vulnerable, sino vulnerado. No tenemos que reproducir estereotipos. Si sólo lográramos quitar las leyes que impiden el empoderamiento de la mujer, estaríamos mucho mejor. No pido nuevas leyes, sino que eliminen a las que buscan tutelarnos, como si no pudiéramos decidir solas lo que nos conviene. El 90% de los países del mundo tienen leyes discriminatorias” (Rebeca Grynspan, de la Secretaría General Iberoamericana, SEGIB).
      • “Es mayor la productividad en las empresas más equitativas, en cuanto a desarrollo económico y rendimiento de sus empleados. Esto se debe a que tienden a hacer mejores procesos de reclutamiento. Hoy, tener una mayor participación laboral femenina implica contar con una mejor calidad de empleados, porque la educación promedio de las mujeres es mayor que la de los varones. Y esto es cierto en la Argentina y la mayoría de los países Latinoamericanos. Estas empresas ganan y venden más. El 26% de crecimiento en el PBI para 2025 que McKinsey Global Institute estima si se lograra la paridad laboral, se daría en países emergentes, en vías de desarrollo. Este 26%, para América Latina, representaría un 34%. Para la India sería un 60%. Son cifras enormes. No se conoce ninguna otra medida que ayude a tener ese crecimiento” (Gala Díaz Langou, directora de Protección Social en el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Igualdad y el Crecimiento, CIPPEC).
      • “Con las mujeres rurales, la región tiene una deuda histórica. No tienen acceso al crédito, a la propiedad, a la tierra. Su trabajo no remunerado es el más precario y menos reconocido, hasta ni se considera un trabajo” (Lara Blanco, directora regional adjunta pra las Américas y el Caribe en ONU Mujeres).
      • “Las mujeres de la región contribuyen entre el 30 y 60% en el ingreso de sus hogares. Los números no engañan. EL BID realizó un estudio y comprobó que si en la Argentina se aumentara la productividad femenina en un 10%, el PBI per cápita se incrementaría en el largo plazo un 18%” (Sergio Ríos, jefe de operaciones para Argentina en el Banco Interamericano de Desarrollo, BID).

      ¿La economía argentina lograría sanearse con una mayor participación femenina? ¿Aquí estará el secreto, la salida que buscamos? El resultado recién lo sabremos a fines de 2018.


      Sobre la firma

      Carola Sainz

      csainz@clarin.com