Recapturaron a la puma que escapó de un refugio en Puerto Iguazú

Después de una semana de intensa búsqueda por la selva adyacente al Refugio de Animales Silvestres “Güirá Oga”, de Puerto Iguazú, Misiones, biólogos y veterinarios pudieron dar con la segunda puma que había escapado tras un sabotaje en uno de los portones de acceso al recinto donde pasan sus días.

El felino fue detectado nuevamente en cercanías del corral y se lo reintrodujo sin necesidad de adormecerla con un dardo anestésico.

Tras varios días de infructuosos rastrillajes en búsqueda de huellas o indicios de la presencia del animal en la zona, los empleados de Güirá Oga se sorprendieron el sábado al detectar al animal nuevamente en cercanías del recinto del que habían escapado el 27 de mayo.

Con sigilo, los cuidadores y personal especializado en el manejo de la fauna rodearon a la puma para evitar que se alejara nuevamente. Y decidieron reconducirla al corral con el habitual silbido con el que se las convoca cada vez que se las alimenta.

Los responsables del cuidado de "Espumita" y "Arana", las dos pumas del refugio, lograron que esta última entrara voluntariamente al recinto, donde estaba su hermana. Mientras uno de los cuidadores se dirigió hacia el interior del recinto con la ración de comida, el otro cerró el portón no bien el animal estuvo adentro.

Fue el epílogo de una semana cargada de tensión. Es que con el paso de los días existía la posibilidad de que "Arana" se alejara de la zona, internándose en la selva, pese a que no cuenta con habilidades para cazar, ya que vivió en cautiverio desde muy pequeña.

Una vez dentro del corral, la puma se instaló en una plataforma de descanso y los veterinarios pudieron ver que estaba en buen estado, aunque con un leve descenso de peso. Alrededor de su boca observaron espinas de coendú, una muestra de que el felino intentó capturar una especie silvestre.

"Arana" y "Espumita" están en Güirá Oga desde 2016, cuando agentes del Ministerio de Ecología las hallaron en poder de un chacarero de la localidad de Wanda. El hombre intentó comercializar los cachorros después de matar a la madre.

En el refugio que está en el acceso a Puerto Iguazú pasan sus días en un enorme recinto que recrea la selva. Las dos hembras no fueron devueltas a su hábitat porque la ausencia de su madre les impidió incorporar las técnicas de caza en el monte.

La fuga

Las dos pumas escaparon el sábado 27 de mayo a la tarde, cuando en la zona caía una intensa lluvia.

Un hombre hasta ahora no identificado ingresó al predio y rompió el candado de un portón lateral que sólo se usa para ingresar grandes elementos para el enriquecimiento ambiental del enorme corral.

A raíz de la fuga de las dos pumas, se aplicó el protocolo para estos casos: se evacuó a los turistas y también al personal que no está vinculado al manejo de la fauna. Una hora después, con un dardo tranquilizante se logró capturar a "Espumita", que aún estaba muy cerca del recinto, pero su hermana se alejó más y nunca estuvo a la distancia necesaria para adormecerla con un dardo.

Unos días después se encontraron sus huellas cerca de un arroyo, pero su recaptura recién se logró el sábado a la tarde, cuando regresó al predio, posiblemente por hambre.

Güirá Oga funciona en un predio de 20 hectáreas en el acceso a Puerto Iguazú y está conectado con reservas. En ese predio, Anfuso y su esposa, Silvia Elsegood, tienen alojados unos 350 animales, en su mayoría aves. Se trata de animales que fueron lastimados por vehículos en las rutas o provienen del mascotismo y no pueden ser reinsertados en la naturaleza.

EMJ