El satélite argentino fabricado en Bariloche inicia su viaje a Cabo Cañaveral: cómo es el traslado

Entre aplausos, como si se tratara de un viejo amigo o de un familiar muy querido, los científicos y técnicos del INVAP despidieron al satélite Saocom 1B que en la madrugada de este viernes fue trasladado en el marco de importante operativo de seguridad hacia el aeropuerto de Bariloche. El complejo aparato de 42 toneladas, hermano gemelo del Saocom 1A, será transportado en la madrugada del sábado hacia Cabo Cañaveral desde esta localidad, con una escala en Santiago de Chile, en el avión ruso Antonov AN 124.

Alrededor de las 4 se inició el operativo de traslado en los laboratorios de INVAP hacia el aeropuerto con la participación de agentes de Gendarmería Nacional, Policía Aeroportuaria y personal de Protección Civil. El trayecto se hizo en flamantes camiones IVECO, capaces soportar el peso y brindar la estabilidad necesaria, los que avanzaron lentamente tomando en cuenta lo delicado de la carga. Demoraron 1 hora y 45 minutos en hacer 8,3 kilómetros.

Este viernes por las tarde se realiza un acto de despedida del que participan el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, la gobernadora de Río Negro, Arabela Carreras y la autoridades del INVAP.

El diseño y construcción de los satélites Saocom 1A y Saocom 1B atravesó los mandatos de Fernando de la Rúa, Néstor Kirchner, Cristina Fernández y Mauricio Macri e implicó una inversión global de unos US$ 600 millones. El costo fue distribuido a lo largo de más de 20 años de trabajos en oficinas y laboratorios.

Desarrollar cada uno requirió más de 4 millones de horas trabajas por parte de personal científico y técnico. El armado se hizo en salas herméticas que evitaron cualquier tipo de contaminación de los delicados circuitos. Una vez concluidos formalmente fueron puestos a numerosas pruebas en simuladores de movimiento y de temperaturas que iban de los 150 sobre cero a los 150 bajo cero.

Los primeros bosquejos del ambicioso proyecto que pone a la Argentina en materia de observación de suelos gracias a la tecnología de microondas -SAOCOM refiere a Satélite Argentino de Observación con Microondas- a la altura de Japón, se hicieron a fines de los 90. Pero el emprendimiento estatal recién tomó vuelo en 2005 cuando se firmó un convenio con la Agencia Espacial Italiana (ASI) para poner en marcha una red de seis satélites. Seis poderosos ojos escrutando la Tierra.

“Este es un excelente instrumento que tiene múltiples utilidades. Es el producto de políticas de Estado que atraviesan los gobiernos, porque los primeros bosquejos comenzaron a hacerse en los 90, y ahora comienzan a verse los frutos”, le explica a Clarín Josefina Peres, jefa de proyecto Saocom, de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae).

“Tendremos una gran información para aprovechar de la humedad de los suelos, pero también podremos observar el funcionamiento de los polos, o colaborar en situaciones de catástrofes naturales. Ya hay Estados que nos han solicitado información sobre productos derivados”, agrega.

Peres recuerda que el nacimiento del proyecto Saocom, que está compuesto por una estructura de radares, fue el pie inicial para que INVAP comenzara a producirlos. Los radares, para comunicaciones y defensa, se convirtieron en una de las principales fuentes de recursos del prestigioso centro de tecnología. “Se probaban los radares en aviones porque teníamos que estar seguros de que iban a funcionar después en el espacio”, explica.

El Saocom A1 y B1 son hermanos gemelos que formarán parte de una red de otros cuatro satélites de la Agencia Espacial Italia (ASI). Los aparatos auscultarán la superficie de la tierra y más aún puesto que su tecnología les permite adentrarse hasta 2 metros en la tierra.

Cada satélite Saocom completará una vuelta a la Tierra cada 4 horas y media a una velocidad de 28.000 kilómetros por hora (km/h).

“Fueron especialmente diseñados para detectar la humedad del suelo y obtener información de la superficie terrestre en cualquier condición meteorológica u hora del día. Esto es posible porque las microondas del radar son capaces de atravesar las nubes y “ver” aunque esté nublado, tanto de día como de noche. Estas características hacen que los SAOCOM sean especialmente útiles para prevenir, monitorear, mitigar y evaluar catástrofes naturales o antrópicas. Si bien tomará datos de todo el mundo, podrá saber en particular cuál es la humedad del suelo en la región pampeana”, señala la información brindada por la CONAE.

Gracias a esta tecnología de punta la Argentina tendrá además información de primera mano sobre el efecto del calentamiento global, el proceso de deshielo de los polos, la desforestación en el planeta, entre otros temas cruciales a nivel internacional, informan fuentes científicas.

“Esta es una inversión de larga data de US$ 600 millones. El convenio con la agencia italiana es de 2005. Ahora hay una decisión de retomar la inversión en ciencia y tecnología en el país que incluye el relanzamiento del Arsat (satélite), para brindar servicios de comunicaciones e internet que son de difícil acceso para nuestro país”, indica a este diario el ministro de Ciencia y Tecnología de la Nación, Roberto Salvarezza.

“Los Saocom junto a los satélites italianos van a conformar una constelación muy potente que permite observar a través de las nubes, obteniendo datos valiosísimos para el INTA y todos los productores y para el control de emergencias. Tendrá un alto impacto en lo productivo y en el control de catástrofes”, agregó.

“Son pocos los países que dominan esta tecnología, Japón es uno, la Argentina es otro. El país ha demostrado que es competitiva en materia de tecnología nuclear, en biotecnología y otras áreas de desarrollo científico. Tenemos que seguir en esa dirección. La Argentina va a encontrar un lugar competitivo en el mundo en la medida en que apueste por la educación, la ciencia y la tecnología. En 2015 había en el país 3 investigadores por cada cien mil habitantes económicamente activos y hoy hay 2,5. Pero, por ejemplo, Israel tiene 12 y los países desarrollados tienen entre 8 y 12 cada 100 mil”, detalla.

En las distintas instancias de construcción de los Saocom participaron el INVAP, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), Centro de Ensayos de Alta Tecnología (Ceatsa), el Laboratorio de Integración y Ensayos (LIE) del Centro Espacial Teófilo Tabanera de la CONAE, en Córdoba, entre otros.

SC