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      La defensa cuestionó la aptitud de los médicos que lo atendieron

      Redacción Clarín

      Alberto Richieri, el abogado defensor de Susana Freydoz, se negó a adelantar hacia dónde va a virar su estrategia. Pero parte de ella –quedó en evidencia ayer– es cuestionar las aptitudes profesionales del médico y del enfermero de guardia que llegaron a la chacra en ambulancia para atender a Soria.

      “¿Usted me puede decir cuántos pacientes en este estado atendió en su carrera profesional?”, le preguntó a Ramiro Zaffini, el joven médico de familia al que le tocó ir aquella noche. “De esta gravedad, debo haber visto dos”, contestó. También mencionó que el médico, además de tener poca experiencia en urgencias de este tipo, había hecho cursos para “atender urgencias traumatológicas” y no cardiovasculares.

      El médico declaró que cuando llegó a la chacra, a 6 kilómetros de la ciudad, Soria “estaba pálido, ya sin signos vitales” y que por eso pidieron por radio al hospital que prepararan el shock room. Lo cargaron en la ambulancia y, mientras lo trasladaban, le practicaron masajes cardíacos y lo dieron ventilación con oxígeno. Pero ya estaba muerto. Contó que nunca usaron el desfibrilador –que permite la aplicación brusca y breve de una corriente eléctrica de alto voltaje para detener y revertir las arritmias– “porque ya estaba en asistolia”, es decir, había una ausencia completa de actividad cardíaca.

      A Santiago Pagano, el enfermero que también participó, le preguntaron lo mismo: ¿Hace cuánto que sos enfermero? ¿Hiciste algún curso de reanimación cardíaca? El enfermero –que ya había contado que no había logrado pincharle el brazo a Soria para administrarle suero y drogas– contestó que había hecho un curso de reanimación cardiopulmonar básico.