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      Una escapada a Vela, un pueblo de novela a 50 km de Tandil

      Casas centenarias, boliches de campo y la estación de tren, en el pueblo que inspiró varias obras del escritor Osvaldo Soriano.

      Una escapada a Vela, un pueblo de novela a 50 km de TandilLa estación Vela del tren que llegaba desde Tandil y seguía viaje hasta Bahía Blanca.

      El ojo sagaz de Osvaldo Soriano se detuvo en Vela -a poco más de 50 kilómetros de Tandil- y el pequeño poblado que florecía sumido en el silencio, a la sombra del contorno ondulado de la serranía de Tandilia, se hizo un lugar en las novelas más reconocidas del escritor y periodista.

      La “Colonia Vela”, trazada por Soriano entre sorbo y sorbo de caña Ombú, mientras conseguía inspirarse sentado sobre una silla blanca del bar Tito, aparece como un lugar mítico e impredecible en varios tramos de “No habrá más penas ni olvido”, “Cuarteles de invierno” y “Una sombra ya pronto serás”.

      Soriano sabía bien que las casas centenarias de ladrillo a la vista y las veredas poco transitadas eran el testimonio de un pasado esplendoroso que valía la pena rescatar del olvido.

      Una típica esquina de casa centenaria, con paredes de ladrillo a la vista, en Vela.Una típica esquina de casa centenaria, con paredes de ladrillo a la vista, en Vela.

      Un poco de historia y sabor

      Aquel tiempo de tensiones exacerbadas por las pasiones políticas había sido protagonizado, sucesivamente, por los primeros terratenientes, los peones de campo, los obreros que extendieron las vías del ferrocarril de Tandil a Bahía Blanca, los inmigrantes españoles, italianos, franceses y árabes de Siria y Líbano que echaron raíces para dedicarse a trepar las Sierras Altas de Chapaleofú, contratados para extraer piedra por la cantera Troncoso y Varela.

      Las profundas marcas que dejó ese pasado plantean hoy el desafío de descubrir sus resabios junto al bulevar de la avenida Tandil, en el gastado salón del bar Tito o en el club Velense Football -fundado en 1910-. Son las piezas esenciales de la identidad local que aún tiñen de nostalgia la memoria de los vecinos.

      Balneario natural del río Chapaleofú Chico, a 9 kilómetros de Vela.Balneario natural del río Chapaleofú Chico, a 9 kilómetros de Vela.

      Las charlas más apasionadas de los lugareños se encienden en la panadería La Estrella, “bastión de enormes medialunas, tortas negras y bizcochos de maicena”, según se desprende de los más gratos recuerdos que atesora Walter Orsi, cuya infancia registra varias temporadas de verano en Vela, donde sigue instalada buena parte de su familia.

      Otros eligen el Club Velense como lugar de encuentro insoslayable, donde se reúnen para compartir un rato con amigos, antes de emprender el tradicional paseo hasta el balneario de Vela.

      A 9 kilómetros del pueblo, una pronunciada curva del río Chapaleofú Chico propone dar rienda al ocio sobre una refrescante franja reverdecida sobre la orilla, donde el humo de los asadores avanza sobre las mesas y los juegos para chicos. Como mejor decorado para deleitar la vista con el atardecer, al fondo del paisaje natural resaltan las siluetas inmóviles de los cerros.

      El histórico bar Tito, en Vela.El histórico bar Tito, en Vela.

      Circuito a pie y museo

      Un posible circuito a pie por el módico casco urbano -donde se contabilizan unos 2.000 habitantes, bastante menos que los más de 7.000 que daban vida a las épocas más prósperas- podría contemplar como primera escala el Museo Histórico y de Ciencias Naturales Aurelio de Lusarrete.

      Otros tramos del desarrollo productivo que alcanzaron los campos de Vela reviven en el Museo de Maquinarias Agrícolas Eduardo Ferrer.

      Son los puntos de referencia para nutrirse de información sobre la epopeya fundacional, iniciada en 1885 por el hacendado y pulpero Pedro Vela, dueño de una flota de carretas y hombre fuerte del rosismo en la Legislatura de Bahía Blanca, quien, junto a su hermano Felipe, decidió donar los terrenos para la construcción de la estación del Ferrocarril Sud.

      La estación Vela del tren que llegaba desde Tandil y seguía viaje hasta Bahía Blanca.La estación Vela del tren que llegaba desde Tandil y seguía viaje hasta Bahía Blanca.

      El fuerte impacto de la llegada del tren a esta región eminentemente agrícola antes de que el pueblo empezara a escribir sus propias páginas fue vislumbrado por Vicente Casares.

      Rápido de reflejos, el estanciero y político porteño adquirió las parcelas adyacentes a las vías, se apuró en lotearlas y las donó para impulsar el Centro Agrícola María Ignacia, el proyecto poblacional que así denominó en homenaje a su madre.

      Ya en el siglo XX, para evitar posibles recelos entre las familias pioneras, sus descendientes y los vecinos, el pueblo fue rebautizado oficialmente María Ignacia Vela. Dos identidades quedaron fusionadas bajo un mismo nombre.

      “El Prado Español, donde se celebraban nuestras clásicas romerías y la gente iba a bailar, ahora ofrece actividades culturales y la pileta en verano. Es un lugar muy convocante. También recomiendo no perderse la Fiesta del Dulce de Leche, programada para el 13 de noviembre para poner en valor y dar a conocer la especialidad bien autóctona de los alumnos de la Escuela Secundaria N° 5 Sargento Cabral”, amplía el catálogo de atractivos la delegada municipal Daniela Labour.

      Club Social, en Vela.Club Social, en Vela.

      Una suave brisa de acacias acompaña el paseo por la calle principal hasta alcanzar en la plaza del pueblo un sople de aire más fresco desprendido de un ovillo de tilos, abetos, plátanos, araucarias, álamos, cedros y ciruelos, tenuemente perforado en sus rendijas por el sol primaveral.

      También allí, el pueblo de calles anchas que inmortalizó la pluma de Soriano se muestra auténtico y sin maquillajes. El estilo despojado que mejor le sienta a su gente.

      Cementerio de María Ignacia Vela.Cementerio de María Ignacia Vela.

      Miniguía

      Cómo llegar. Desde la ciudad de Buenos Aires hasta Vela son 400 km por Riccheri, Autopista a Cañuelas, ruta 3 hasta Las Flores, ruta 30 hasta Tandil y rutas 226 y 80. Por Autopista a La Plata, ruta 2 hasta Las Armas y rutas 74 y 80 son 485 km.

      Bus coche cama Cóndor Estrella, Vía Bariloche o Plusmar desde Retiro hasta Tandil (5 hs. 30'), $ 5.950 ida.

      Remís de Tandil a Vela (52 km) para 4 pasajeros, $ 3.400 ida y vuelta (0249- 442-3333/462-2222/ 0800-3330230).

      De Tandil a Vela también llega el micro Transporte Nueve de Julio (línea 500).

      La plaza principal de Vela.La plaza principal de Vela.

      Dónde Alojarse. En Tandil, hotel Mulen: suite ejecutiva para dos personas con desayuno, TV cable, wi-fi y piscina cubierta climatizada, $ 27.154; entre semana, $ 23.887 (0249- 463-9751 / reservas@mulentandil.com / www.mulentandil.com / Facebook: Mulen Hotel Tandil).

      Cabañas Colinas Serranas: para 4 personas, con desayuno, juegos para chicos, parrilla, ropa blanca, cocina, cancha de fútbol y wi-fi, $ 16.000 (0249- 154609939 / 0249- 154467441 / colinasserranas@gmail.com / www.colinasserranas.com.ar).

      Vela, partido de Tandil.Vela, partido de Tandil.

      Cabañas Brisas Serranas: suite Junior para dos personas con desayuno, juegos para chicos y de mesa, piscina cubierta climatizada, parrilla, ropa blanca y wi-fi, $ 23.400; para 4, $ 29.900 (0249- 154369123 / 0249- 154283710 / info@brisasserranas.com.ar / www.brisasserranas.com).

      Dónde informarse. (0249) 449-1134/438-6746/444-8698/451-3255 / delegacion_vela@tandil.gov.ar / www.turismo.tandil.gov.ar.

      Vela, partido de Tandil.Vela, partido de Tandil.
      Vela, partido de Tandil.Vela, partido de Tandil.

      Sobre la firma

      Cristian Sirouyan
      Cristian Sirouyan

      csirouyan@clarin.com

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