La argentina que renunció a su trabajo y se convirtió en azafata de yates de lujo: “No le tengo miedo a nada”

Ella aspiraba a ganar mucho dinero, conocer nuevos destinos y construir recuerdos que perduren para siempre. Lo que no se imaginaba era que cinco años después iba a estar construyendo lo que siempre soñó.

Florencia Mainet tiene 39 años y es una argentina oriunda de Provincia de Buenos Aires. La mujer renunció a su trabajo, el cual no le permitía viajar, y emigró con el objetivo de recorrer el mundo.

“Es muy difícil estar lejos de la familia y los afectos, pero vale la pena el esfuerzo”, comenta Florencia en una entrevista con Clarín.

Un cambio radical

La protagonista de esta historia nació en Ringuelet, localidad de La Plata. Una vez que finalizó la escuela secundaria, inició sus estudios universitarios, aunque no concluyó los mismos. En un momento, consiguió un empleo como administradora pública y lo mantuvo durante 15 años.

“No era feliz con mi trabajo, me esforzaba mucho por cobrar un salario que no me permitía cumplir mis objetivos. Quería ganar dinero de manera ilimitada y poder llevar adelante el tipo de vida a la que aspiro, así que busqué otras alternativas”, cuenta la joven argentina.

Al cabo de dos meses, la joven platense renunció a su empleo y vendió todas sus pertenencias para dar inicio a una nueva travesía. “Cambié mi rumbo por completo. Escuché las experiencias de amigos en el exterior y aposté a un futuro diferente”, aclara Florencia.

Como consecuencia de esto, el 11 de octubre de 2018, Florencia emigró a un país desconocido a miles de kilómetros de distancia de su hogar: Francia se convirtió en su primer destino.

La joven se mantuvo en el país del amor durante un año, donde trabajó como barman en un prestigioso restaurante de París. En el mientras tanto, incursionó en el mercado laboral francés para ver cuáles eran las opciones de empleo en el exterior y tiempo después surgió algo que despertó su interés.

El comienzo de una experiencia inolvidable

“Descubrí a lo que me quería dedicar. Vi videos sobre hispanohablantes que eran tripulantes de cabina en yates lujosos y no dudé en averiguar más”, explica Florencia.

Por lo tanto, la mujer argentina encontró su oficio y se capacitó para poder ejercerlo. Enseguida, realizó un curso de seguridad a bordo y envió su CV para comenzar su carrera profesional como azafata de barcos sofisticados.

En julio de 2019, consiguió su primer empleo en la industria y recorrió desde las islas del mediterráneo hasta África. “Es una experiencia espectacular. Pude fusionar mi pasión por viajar y mi deseo de tener buena estabilidad económica”, se explaya la mujer.

Florencia revela como es la vida a bordo: “Trabajo 9 horas por día y me encargo de realizar la limpieza de las cabinas, los arreglos florales y el armado de las bebidas. Lo disfruto mucho, tengo la oportunidad de experimentar nuevos países en una embarcación magnífica ganando gran cantidad de dinero” indica la azafata.

Este mercado les permite a los empleados contar con importantes ingresos, debido a que las necesidades básicas como la alimentación y el hospedaje están cubiertas. “Gano un promedio de cinco mil dólares por mes, sin sumarle las propinas que en ocasiones pueden implicar cuatro mil dólares adicionales”, asevera la joven.

En la actualidad, además de ser camarera en cruceros, Florencia brinda asesorías personalizadas para aquellas personas que quieren aventurarse en este universo de excentricidades.

“Soy muy feliz con mi vida actual, considero que la felicidad es un estadio y no siempre es lineal, pero si soy más alegre de lo que era antes”, reflexiona la argentina.