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      La millonaria villa italiana sobre la que pesa la maldición de Tutankamón

      Extrañas muertes de gente famosa, cuerpos que desaparecen en una residencia que desde hace 150 años mete miedo. Y un dueño actual que causa sorpresa.

      La millonaria villa italiana sobre la que pesa la maldición de TutankamónVilla Altachiara, la residencia sobre la que pesa la maldición de Tutankamón.

      Villa Altachiara es una de las residencias más fabulosas del Mediterráneo. Asomada a las aguas que bañan el Golfo de Portofino, su nombre llegó con fuerza a las portadas de los diarios italianos en enero de 2001.

      No por su belleza. Sino por una tragedia.

      La condesa Francesca Vacca Agusta.La condesa Francesca Vacca Agusta.

      Era el 8 de enero de ese año, un día frío, cuando la dueña de la Villa, la condesa Francesca Vacca Agusta, de 59 años, desapareció misteriosamente en el exterior de su enorme mansión.

      La policía llegó al lugar tras varias horas de la desaparición de la otrora hermosa mujer y registró minuciosamente la villa, y las 3.000 hectáreas de parque que la rodean.

      Encontraron muy poco, pero muy significativo. Un par de chinelas de la condesa cerca de una rama rota y junto a ella una mancha de sangre.

      Pero ni rastros del cuerpo.

      La Villa sobre el acantilado.La Villa sobre el acantilado.

      La búsqueda no se detuvo. Tres días después, los buzos encontraron a 18 metros de profundidad los anteojos para el sol de la condesa y su bata de baño, con un profundo corte que rasgaba la vestimenta en la parte de la espalda.

      Pero de ella no había señales.

      El amante mexicano, de la condesa Tirso Rosario, de 50 años, t la íntima amiga de la condesa, Susana Torretta, de 30.El amante mexicano, de la condesa Tirso Rosario, de 50 años, t la íntima amiga de la condesa, Susana Torretta, de 30.

      Los días fueron pasando y la prensa daba versiones y más versiones, pero eran eso: conjeturas.

      Un cuerpo a 400 kilómetros

      Tres semanas después de su desaparición, el cuerpo de la condesa fue encontrado flotando cerca de Cap Benat, un pueblo en el sur de Francia, cercano a Saint Tropez. La pregunta era fácil pero de difícil respuesta ¿cómo había llegado allí?.

      Estaba a 400 kilómetros de su Villa italiana. Su cuerpo, por la acción del tiempo y los peces estaba irreconocible, pero la riqueza a veces sirve para identificar.

      La bata de baño de la condesa , con un profundo corte que rasgaba la vestimenta en la parte de la espalda.La bata de baño de la condesa , con un profundo corte que rasgaba la vestimenta en la parte de la espalda.

      En los dedos de sus manos había dos costosísimos anillos con fechas grabadas. Su hermano, Domenico Griffagni Vacca, fue contundente: “Es ella. Llevaba los anillos de boda de mi padre”. Pero la justicia quería algo más sólido. Y lo encontró: las placas dentales coincidían con las de Francesca Vacca.

      Los anteojos para sol de la condesa hallados a 18 metros de profundidad.Los anteojos para sol de la condesa hallados a 18 metros de profundidad.

      Y allí surgió una explicación que mezcla lo increíble y lo oculto. El espíritu de Tutankamón había descargado su furia sobre la condesa. Como sucedió con su marido multimillonario, Corrado Augusta, que murió extrañamente años atrás cuando había cumplido los 66.

      Para llegar a esa conclusión hay que retroceder en el tiempo.

      Una villa maldita por culpa de Tutankamón​

      Villa Altachiara fue construida en 1874 por Henry Herbert, cuarto conde de Carnarvon. No la construyó para sí sino pensando en su hijo George Edward Herbert, quinto conde de Carnarvon que no tenía buena salud y necesitaba un clima muy distinto al de Inglaterra.

      Esa villa y el aire de mar le darían nuevos bríos. Y George, apodado Porchy, que además de conde era barón de Porchester de Highclere le dio con su título nombre a la villa. Porque Highclere, en italiano, se traduce Altachiara.

      El barón tenía pasión por la arqueología, en particular la egipcia. Se cansó de gastar dinero financiado expediciones y en una de ellas logró cumplir su sueño. Fue la noviembre de 1922 dirigida por el arqueólogo Howard Carter que encontró, en el Valle de los Reyes, la nunca tocada tumba del niño faraón Tutankamón.

      Lord Carnarvon, el dueño de la villa. Murió tras descubrir las tumba de Tutankamón.Lord Carnarvon, el dueño de la villa. Murió tras descubrir las tumba de Tutankamón.

      No importó la advertencia escrita en el sarcófago: "Si el Faraón ha sido despertado de su sueño eterno, la maldición caerá sobre aquellos que hayan violado su descanso".

      Lord Carnarvon, que participó de la expedición murió tres meses después del hallazgo de la tumba, a causa de una infección producida por la picadura de un insecto.

      En esos tres meses internado en un hospital de El Cairo vivió una lenta agonía.

      La máscara mortuoria deTutankamón. En su sárcofago estaba escrito:  "Si el Faraón ha sido despertado de su sueño eterno, la maldición caerá sobre aquellos que hayan violado su descanso".La máscara mortuoria deTutankamón. En su sárcofago estaba escrito: "Si el Faraón ha sido despertado de su sueño eterno, la maldición caerá sobre aquellos que hayan violado su descanso".

      Pero al mismo tiempo de su muerte, una sobrina suya que estaba de vacaciones en Villa Altachiara, perdió la vida al caer sobre el acantilado.

      Nunca se supo si fue suicidio o asesinato. O maldición.

      Una imagen de la villa a principios del 1900.Una imagen de la villa a principios del 1900.

      Los condes Carnarvon vendieron la villa a un multimillonario, Corrado Agusta, el esposo de la condesa.

      La condesa con su esposo, que también murió misteriosamente.La condesa con su esposo, que también murió misteriosamente.

      Y ahora damos un paso adelante en el tiempo y volvemos a aquel 2001.

      ¿Cómo viajó un cadáver 400 kilómetros?​

      ¿Qué sucedió con la condesa Vacca Agusta? Una mujer que había sido hermosa y ahora, a los 59 años, y tras varias cirugías estéticas era irreconocible. Pero era multimillonaria, viuda y sin problemas.

      Susana Torretta, la amiga de la condesa que luego de la muerte de esta se hizo famosa al dedicarse al body building. Pero fue suspendida ded por vida por usar sustancias prohibidas.Susana Torretta, la amiga de la condesa que luego de la muerte de esta se hizo famosa al dedicarse al body building. Pero fue suspendida ded por vida por usar sustancias prohibidas.

      La tarde de su desaparición estaba acompañada de su amante mexicano, Tirso Rosario, de 50 años, de su amiga Susana Torretta, de 30, y apenas un par de empleados domésticos.

      Torretta también participó de varios reality como La Isla de los famosos y posó desnuda para varias revistas.Torretta también participó de varios reality como La Isla de los famosos y posó desnuda para varias revistas.

      Cuando desapareció a los ojos de sus amigos avisó que iba a darse un baño en el mar. Raro. Muy raro.

      Eran las 19.30, ya había caído la noche, llovía y llevaba anteojos para el sol.

      Una imagen de la condesa con sus perros. Luego su imagen cambiaría.Una imagen de la condesa con sus perros. Luego su imagen cambiaría.

      La autopsia de su cuerpo desmintió a su amante y su amiga que habían dicho que la condesa había bebido mucho: no había una gota de agua en sus pulmones ni tampoco huellas de alcohol.

      Y en el aire quedó siempre la pregunta: ¿cómo viajó su cuerpo 400 kilómetros?

      La justicia cerró el caso: suicidio.

      Según la justicia, la condesa cayó al mar desde 80 metros de altura. Pocos lo creen.Según la justicia, la condesa cayó al mar desde 80 metros de altura. Pocos lo creen.

      Pero muchos se preguntaron porque días antes de su desaparición la condesa había redactado un nuevo testamento que nunca fue encontrado. La mujer, más allá de su Villa, otra muy parecida en México, otra en Nueva York y diversos bienes, tenía U$S 500.000.000 guardados en diversos bancos.

      Y muchos recordaron la maldición de Tutankamón.

      Como le sucedió al famoso ex jugador de fútbol Samuel Eto’o. En 2015 pagó una seña por la mansión por la que iba a desembolsar cerca de U$S 30.000.000.

      Para interiorizarse de esa residencia de lujo que cuenta con 30 habitaciones, piscina y helipuerto, pasó una noche en ella. A la mañana siguiente se presentó en la inmobiliaria y anuló la operación. Dijo que había visto fantasmas en la casa. Recién allí se enteró de la maldición de Tutankamón.

      ¿El dueño es Putin?

      ¿Qué es ahora de villa Altachiara?

      La había comprado el oligarca ruso Eduard Yurevich Khudainatov, un empresario del sector energético. Mano derecha de Vladimir Putin y que está incluido en la lista de sancionados de la UE. No llegó a habitar en ella. Muchos creen que que es un testaferro y que en realidad la compró para el propio Putin.

      La última imagen de la condesa. Luego de las cirugías su belleza había desaparecido.La última imagen de la condesa. Luego de las cirugías su belleza había desaparecido.

      Una semana atrás, la Guardia di Finanzas de Italia le confiscó la villa por las sanciones de la UE y porque los herederos de la condesa (un hijastro y una ex pareja de la condesa) siguen peleando por la herencia de la condesa fallecida.

      Matteo Viacava, el alcalde de Portofino, se derrumbó al enterarse que la villa había sido incautada. Centenares de obreros estaban trabajando en reformas a pedido del oligarca ruso.

      Fue un golpe a la economía de Portofino y ahora la villa está en manos del Estado italiano.

      “Villa Altachiara ciertamente no trae buena suerte, algo les sucede a todos los que se apoderan de ella. Estoy empezando a pensar que la maldición de Tutankamón realmente existe”, dijo el alcalde.

      La casi anónima tumba de la condesa en el cementerio de Portofino.La casi anónima tumba de la condesa en el cementerio de Portofino.

      Si la maldición de Tutankamón existe o no, queda a libre albedrío de cada lector.

      Lo cierto es que allí está Villa Altachiara. Vacía. Sin vida. Con fantasmas reales o no. Y con preguntas que nunca tuvieron respuestas. Raras muertes. ¿Suicidios o asesinatos?. Nadie lo sabe. Tal vez ni siquiera Tutankamón... 


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      Gustavo Londeix

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