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      Amores, rupturas, excesos y más: la vida de Fito Páez en veinte canciones

      En cuatro décadas como solista y a punto de cumplir 60, el rosarino reflejó su vida en sus letras. Un repaso por temas icónicos.

      Fito Páez cumple 60 años: sus mejores canciones

      Amores, rupturas, excesos y más: la vida de Fito Páez en veinte cancionesFito dejó testimonios autorreferenciales en cada una de las etapas de su trayectoria musical. FOTO: MARTIN BONETTO

      1. Del sesenta y tres (1984)

      Datos biográficos a partir de esta canción. Fito Páez nació en 1963, “mediaba marzo”. John Fitzgerald Kennedy estaba “a la cabeza”: en todo caso, del mundo occidental, porque su propia cabeza sería volada ese noviembre. La música ya era parte de Fito desde el vamos, sobre todo gracias a su madre pianista, Margarita, quien –aunque la canción no lo menciona– falleció cuando él tenía ocho meses. Con seis años, Fito vio la llegada del hombre a la luna.

      Algunos amores tempranos: Tom Jobim, John Lennon, el folklore que dio paso al rock and roll. En la parte B, se encuentran ecos de River, de Joni Mitchell, mientras que en la tercera sección Páez narra al estilo de Litto Nebbia en El otro cambio, los que se fueron: “El barrio está igual que ayer, voltearon la casa de al lado. La gente está igual que ayer, con par de añitos encima”.

      Fito descubrió el cigarrillo alrededor de los 13 y la primera experiencia sexual un poco después. Ya estaba la dictadura.

      El inicio de los ’80 fue marcado por el asesinato de Lennon. “Hoy mataron a un nombre de pie en Nueva York”: el apellido del ex-beatle sería especificado en las interpretaciones en vivo. Cumplidos los 20, las perspectivas colectivas no eran alentadoras, por lo que el tema termina con un llamado a la acción: “El siglo se muere y no cambia más (…) nosotros tenemos la culpa y hay que solucionarlo”.

      Desde su primer disco, "Del 63", Fito reflejó su destino y el del mundo que lo rodeaba.Desde su primer disco, "Del 63", Fito reflejó su destino y el del mundo que lo rodeaba.

      2. Parte del aire (1986)

      Este es el único tema de La La La donde no participa Luis Alberto Spinetta, su socio en este álbum doble. Páez, arropado por los arreglos de Carlos Villavicencio, canta una elegía con aires litoraleños (Música de grillos del Paraná) para su padre Rodolfo, muerto de un infarto el 24 de diciembre de 1985:

      “Él amó una estrella en su soledad y una noche antes de Navidad recortó los cables como un diamante”. Su padre disfrutaba tanto de la música como del cine, dos pasiones legadas a su único hijo. Para Fito, el consuelo estaba en la idea de que Rodolfo y Margarita –“el amor más grande que conocí”– ya eran “parte del aire” y se reencontrarían “por la vía láctea (…) en algún planeta, en algún lugar”.

      3. Ciudad de pobres corazones (1987)

      El 7 de noviembre de 1986, su abuela paterna Delia, su tía abuela Josefa –dos mujeres fundamentales en su crianza– y Fermina Godoy, empleada doméstica embarazada de seis meses, fueron asesinadas durante un robo en la casa de la familia.

      Fito estaba de gira con su banda por Brasil. También se encontraba Charly García, quien fue uno de los que lo acompañó durante toda la noche. El asesino –su hermano menor había quedado en libertad– murió de sida en 1998.

      En algunas canciones dejó marcas de su rabia. Por ejemplo, las del álbum "Ciudad de pobres corazones".En algunas canciones dejó marcas de su rabia. Por ejemplo, las del álbum "Ciudad de pobres corazones".

      Páez volcó toda su rabia y dolor en el álbum Ciudad de pobres corazones. El tema que le da título y lo inicia lo dice todo: “En esta puta ciudad todo se incendia y se va, matan a pobres corazones”. Además, la policía había plantado marihuana como falsa evidencia para fingir una razón detrás del crimen. “No quiero empezar a pensar quien puso la yerba en el viejo cajón” canta Fito, perdiendo lo que le quedaba de inocencia.

      4. Los buenos tiempos (1990)

      Aquí Fito cuenta cómo se salvó del servicio militar al recibir el certificado de DAF (Deficiente para actividades físicas) gracias a dañarse su dentadura a propósito. También evoca su comienzo como solista en la EMI-Odeón, conseguido por el manager Fernando Moya, y sus teclados para ese momento: “un Moog, un Crumar y un Rhodes”.

      Paradójicamente, Tercer mundo era su primer disco para la Warner. Se reconoce hincha de Rosario Central y amaga con irse del país (cuando surgió el nuevo contrato, estaba en Europa), “pero me quedo hasta cobrar SADAIC”. David Lebón toca el solo de guitarra.

      5. Hazte fama (1990)

      Este tema, originalmente un bonus track, es iniciado con un diálogo de los referentes del Parakultural, Alejandro Urdapilleta, Humberto Tortonese y Batato Barea, alrededor de la mala fama del vecino indeseable Fito Páez. Pero Constanza (Urdapilleta) cae con un disco de Fito y, después de insultar a su madre, lo pone. Ahí Páez pasa lista a todos los rumores sobre él: sida, drogas, alcohol, violencia de género; incluso, dicen, “mea en los mercados”.

      Fito remata con un viejo dicho: “Hazte fama y échate a dormir”.

      Con Fabiana Cantilo, su ex pareja, colega, musa y actual amiga.Con Fabiana Cantilo, su ex pareja, colega, musa y actual amiga.

      6. Dale alegría a mi corazón (1990)

      Pese a la foto de Diego Armando Maradona que precede a la letra en el arte interno del álbum, Dale alegría a mi corazón está dedicada a su pareja de varios años, Fabiana Cantilo, quien participa en la canción, que pasaría a integrar el repertorio de varias hinchadas de fútbol. Otras voces invitadas son las de Spinetta y Lebón. “Ya verás, las sombras que aquí estuvieron no estarán.” Pero no fue suficiente, como lo explicita el tema siguiente.

      7. Fue amor (1990)

      Un comentario sobre el final de la pareja Páez-Cantilo: “Cada vez que pienso en vos, fue amor”. La culpa es compartida: “Yo podría haberlo hecho mejor, vos podrías acercarte a mí”, inicia la letra, que también refiere a los consumos problemáticos de cada uno: “Vos buscando el polvo de Dios, yo bebía para irte de aquí”. El solo de guitarra es cortesía de Spinetta.

      8. Un vestido y un amor (1992)

      En una fiesta en José Ignacio, Fito conoció a Cecilia Roth, quien sería su pareja y musa durante la siguiente década. Ella estaba a días de casarse. Después de ocho meses, Roth se divorció y comenzó su vínculo con Páez, de quien no sabía nada: creía haberlo visto alguna vez por televisión en Peor es nada.

      La prensa farandulera se hizo un festín con títulos como “La bella y el rockero”. Más allá de las licencias poéticas –ella no “juntaba margaritas del mantel”– lo más certero es el verso “Yo no buscaba a nadie y te vi”.

      Cuando Cecilia Roth y Páez se conocieron, ella estaba por casarse. Se separó ocho meses después.Cuando Cecilia Roth y Páez se conocieron, ella estaba por casarse. Se separó ocho meses después.

      9. Tumbas de la gloria (1992)

      Quizá la mejor canción de Páez, en donde pide no sumarse a aquellos que tuvieron una muerte prematura producto de distintos excesos. Escuchándola al revés, Fito enumera una serie de figuras en su mayoría admiradas por él.

      De atrás para adelante: Sid Vicious, Jim Morrison, Jimi Hendrix, Ramsés (Tanguito), un nombre inentendible; el cineasta alemán Rainer Fassbinder, Charlie Parker, Luca Prodan, Bill Evans; otra mención indescifrable, y Janis Joplin.

      Comienza cantando que el amor también hace sufrir, “porque todo lo que te hace bien también te hace mal” y, aunque alude a su viaje iniciático a Buenos Aires (“me escapé hacia otra ciudad”), nada logra que deje de estar “bajo una misma piel y en la misma ceremonia”.

      Con Luis Alberto Spinetta, uno de los músicos argentinos más admirados por Fito.Con Luis Alberto Spinetta, uno de los músicos argentinos más admirados por Fito.

      10. Normal 1 (1994)

      En la primera de sus canciones claramente deudoras del Penny Lane Beatle (escuchar también La torre de cristal, de 1999), Páez recuerda sus días en la escuela primaria: aunque la referencia a Ringo Starr y Let It Be parecen ambientarla a los siete años de Fito, también hay imágenes indudablemente posteriores.

      11. Dejarlas partir (1994)

      Fito había llegado a Buenos Aires en 1981 como tecladista y uno de los autores de Juan Carlos Baglietto. Aquí, traza un recorrido por momentos de su obra con el primer verso, “La moneda en la vida de Juan”, como clara alusión a La vida es una moneda. En una canción llena de referencias a obras previas, Páez declama que todo lo hizo “para quebrar, para quebrarme a mí”.

      12. Al lado del camino (1999)

      El fallido disco conjunto con Joaquín Sabina fue otro paso en un progresivo declive en la popularidad de Páez, que había comenzado en la segunda mitad de los ’90. Aquí, declamando a lo Dylan, reconoce los cambios internos y externos: “Yo ya no pertenezco a ningún ismo, me considero vivo y enterrado. Yo puse las canciones en tu walkman, el tiempo a mí me puso en otro lado”.

      Charly García es otro referente central en la música y en la vida del músico rosarino.Charly García es otro referente central en la música y en la vida del músico rosarino.

      Además, hay una referencia al hombre que fue un factor crucial en su pelea con Sabina, el argentino Luis Carrillo, elegido por el español para filmar el segundo videoclip de Enemigos íntimos pese a no tener ninguna experiencia en el campo: su background incluía trabajos para el Ministerio del Interior; de ahí los enemigos “que rondan por siniestros ministerios haciendo la parodia del artista”.

      También hay más referencias a su vida en Rosario, con lo bueno y lo trágico, y hasta recuerda el número telefónico de su viejo hogar.

      13. Rey sol (2000)

      En una referencia inequívoca tanto en música como en temática a Isn’t She Lovely, de Stevie Wonder, Fito saluda la llegada de su hijo Martín, quien había sido adoptado por él y Cecilia Roth el año anterior. De hecho, el niño, desnudito y con una peluca afro, es el chico de la tapa del álbum titulado como esta canción.

      14. Absolut vacío (2003)

      Páez hizo parapente en Cuchi Corral, Córdoba. La experiencia (“nunca tuve miedo”), donde el “porrazo” era una posibilidad, le recordó que no todo en la vida depende de uno mismo: “Y a lo mejor hoy la montaña sí me toca a mí”.

      15. Los restos de nuestro amor (2003)

      Naturaleza sangre tiene varias referencias a su ruptura con Cecilia Roth, con quien se había casado en 1999. Con guiños Beatle (las cintas al revés de la era Revolver y arpegios a la Dear Prudence), esta es la última de las canciones del álbum en referirse al tema: “Todas las figuras que se vuelven hacia mí son las sombras de un hechizo que pasó, todos los momentos en los que te hice feliz son los restos de nuestro amor”, concluye.

      Martín y Margarita, sus hijos de sus uniones con Cecilia Roth y Romina Ricci.Martín y Margarita, sus hijos de sus uniones con Cecilia Roth y Romina Ricci.

      16. Gracias (2007)

      A solas con su piano, Páez nombra a su Santísima Trinidad dentro del rock argentino: Spinetta, Nebbia y García. A cada uno le dedica una estrofa. En los tres casos alude a la obra de ellos, aunque de Spinetta recuerda la vez en que este se olvidó una guitarra en lo de Fito, y también se refiere a cuando Nebbia lo invitó a cantar La balsa en la efímera reunión de Los Gatos.

      Por el lado de García, perpetúa un error iniciado por el propio Charly, al referirse al “Mellotrón” que García supuestamente había utilizado. En verdad, era un ensamble de cuerdas Arp Solina. Páez se dio cuenta de eso recién cuando se compró un Mellotron y no encontraba el sonido que recordaba de los discos de Sui Generis o La Máquina de Hacer Pájaros.

      17. Waltz for Margie (2007)

      Desde el título de este instrumental al piano, Páez refiere al Waltz for Debby de su admirado Bill Evans. Pero la destinataria es su hija Margarita, nacida en 2004 como fruto de la relación de Fito con Romina Ricci. Para Margarita también está dedicada la canción del mismo nombre de 2013.

      Fito Páez con Eugenia Kolodziej, su actual pareja.Fito Páez con Eugenia Kolodziej, su actual pareja.

      18. Rock and roll revolution (2014)

      El efímero vínculo de Fito Páez con la periodista Julia Mengolini fue clausurado por él con particular saña en esta canción donde le tira dardos por todos lados, algunos involuntariamente graciosos: “Qué mierda son tus batallas culturales si te dan miedo los artistas siderales”, “A mí me gusta John Ford, a vos el pochoclo”, etc.

      Tal vez lo peor del asunto es que mete en el medio a su mentor: “Si te dejo en una habitación frente a frente con Charly García te orinarías y saldrías corriendo. Te daría miedo, no lo bancarías”, escribió. El tema termina de confirmar lo que ya dejaba ver en 2013 con Yo te amo: Mengolini no fue precisamente la mejor pareja para él ni la más inspiradora de sus musas.

      Fito disfruta hoy de un gran presente artístico. FOTO: EFEFito disfruta hoy de un gran presente artístico. FOTO: EFE

      19. Chica mágica (2017)

      Dedicada a su pareja actual, la actriz Eugenia Kolodziej, más allá de algún giro melódico que remite a composiciones previas, la canción, aparte de mostrarlo nuevamente enamorado (“Conocí a una chica mágica que le gusta que yo sea quien soy. Conocí a una chica mágica: gracias a los dioses, si es que existen”), funciona también como homenaje al modelo ’85 de su admirado Prince, fallecido el año anterior y una influencia en la obra de Páez a partir de Ciudad de pobres corazones.

      20. Encuentros cercanos (2021)

      Antes de echar a girar la rueda de la nostalgia con la por demás exitosa gira por los treinta años de El amor después del amor (disco del cual ya había celebrado sus dos décadas), Fito Páez recuerda su romance con Fabiana Cantilo, amiga suya hasta el presente: “Fabi me preguntó si creía en los OVNIs. Le contesté que sí: ¿qué le iba a decir a la chica más hermosa del mundo? Y después nos envolvió el amor, el amor antes del amor”. 


      Sobre la firma

      Pablo S. Alonso

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