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      Claudia Piñeiro y Marcelo Piñeyro: “Nos preocupa el avance de la ultraderecha”

      Los creadores del "El Reino" opinan sobre la expansión de ideologías extremas y aclaran que no cuestionan el sentimiento religioso sino la manipulación de ese sentimiento con fines políticos.

      Claudia Piñeiro y Marcelo Piñeyro: "Nos preocupa el avance de la ultraderecha"La escritora y el realizador, autores de la serie que es éxito absoluto. FOTO: Martín Bonetto

      Marcelo leyó Las viudas de los jueves y le evocó a uno de sus escritores preferidos: John Cheever. Justo el escritor, junto con Raymond Carver, que Claudia tenía como motor para su literatura. Se enamoró del libro y quiso llevarlo al cine. Fue entonces cuando entre los dos Piñey/iros (uno con y, otro con i), se formó un vínculo basado en una mirada similar del mundo y una admiración por la obra del otro.

      Sin embargo, debieron pasar varios años para que esta dupla por fin trabajara junta. Un atentado contra un candidato presidencial como punto de partida, personajes reconocibles que llevan sus pulsiones al extremo, una inquietud sobre las amenazas que se ciernen sobre nuestro tiempo. Así empezó El Reino, la serie éxito de Netflix, que logró permanecer como la más vista en el invierno.

      Una ficción creada por estos dos artistas, una escritora y un director de cine, que unieron sus talentos para contar una historia de crímenes, pecados y religión con chispazos de fantasía.

      Al leer "Las viudas de los jueves", de Claudia Piñeiro, Marcelo Piñeyro quiso llevarla al cine. FOTO: Martín BonettoAl leer "Las viudas de los jueves", de Claudia Piñeiro, Marcelo Piñeyro quiso llevarla al cine. FOTO: Martín Bonetto

      -Para los dos es la primera vez que crean una serie, ¿qué posibilidades brinda el formato que no tiene el cine o la literatura?

      -Marcelo Piñeyro: Es otro formato narrativo, otra manera de contar, hay otro tiempo de desarrollo para la trama. El modo de construcción de los personajes es más amplio. Normalmente en una película hay un nudo narrativo central donde las líneas paralelas son totalmente funcionales a ese nudo, en cambio en una serie pueden tener un desarrollo propio. Estructuralmente también hay particularidades que fuimos descubriendo en el mismo trabajo, porque de algún modo nos tiramos a la pileta.

      -Claudia Piñeiro: Nosotros somos contadores de historias y hoy muchas historias se cuentan en el formato serie. Más allá de que para mí escribir literatura es donde me siento más cómoda, si le quiero contar una historia a alguien, seguro hoy llego a mucha más gente con una serie, que es una forma nueva de contar que también me enseña cosas para la literatura. Antes tomábamos ideas del cine; ahora, de las series. La serie se estrenó en ciento noventa países, es algo que con ninguno de mis libros pasó nunca. Saber que ahora en un pueblito de Corea hay alguien que está mirando El Reino me parece impresionante.

      Empezamos este proyecto hace tres años. Muchas de las cosas que nos parecían imposibles con el tiempo se fueron dando en la realidad.

      Marcelo Piñeyro, director de "El Reino"

      -¿Qué lugar ocupan el cine y la literatura en este mundo tan distinto al que conocíamos?

      -Marcelo: Lo que cambió es la relación del espectador con el audiovisual. Hasta hace treinta años el cine se veía en las salas y algo por televisión. Hoy coexisten películas, series, miniseries, distintos formatos; y ya no se consumen solo en salas, sino de muchos modos diferentes. No sé sacar conclusiones sobre esto, pero lo puedo describir. Hoy se ve muchísimo más material audiovisual, pero de manera diferente.

      -Claudia: La serie conserva un ritual antiguo que otros formatos no tienen, es el comunitario. Cuando leés una novela la leés en soledad; cuando vas al cine, aunque vayas con alguien, sigue siendo acotado a unas pocas personas. En cambio la serie, además de que la podés ver en tu casa con alguien, al tener esa continuidad genera comentarios en las redes sociales que se comparten con otra gente. Hay algo ahí que me recuerda al teatro: un montón de gente convocada a disfrutar de una historia que luego comparten con otros.

      "El Reino", protagonizada por Diego Peretti, generó furor y polémicas."El Reino", protagonizada por Diego Peretti, generó furor y polémicas.

      -Los dos son creadores acostumbrados a generar debate en la sociedad. Tango feroz convocó a multitudes y fue un hito para los jóvenes de los años ‘90, y Las viudas de los jueves resignificó el mundo de los countries y lo que escondía cierta clase social. ¿Cómo vivieron estos fenómenos?

      -Marcelo: Lo de Tango feroz lo viví con muy poca conciencia. Incluso cuando estaba sucediendo me fui de Buenos Aires porque no me quería quedar pegado a ese éxito. Necesité muy rápido hacer otra película y alejarme de ese fenómeno. El problema es que mucha gente pretende que uno haga eternamente lo mismo que tuvo éxito.

      -Claudia: Para mí, Las viudas de los jueves fue una oportunidad para que me conociera un montón de gente que antes no me conocía, pero después tenés que salir a sostener eso con otros trabajos. Lo siento como una oportunidad que me abrió caminos con lectores, traductores, cineastas, gente que no me conocía y me empezó a conocer. En algún momento el éxito se te puede volver en contra: podés quedar pegada sin poder avanzar con otros trabajos.

      Vemos cómo en distintos países el poder manipula a la gente que tiene una fe genuina para arrastrarla hacia sus intereses.

      Claudia Piñeiro, escritora y guionista de "El Reino"

      -Ambos se sienten cómodos en un área que combina el mercado con el arte: son hacedores de buenas obras que además apuntan a un público amplio, algo que se repite con El Reino.

      -Claudia: Una cosa es el arte y otra, la comunicación. En nuestro caso, las dos se juntan. Hacemos algo artístico pero también comunicamos. Hay otros que trabajan más para un nicho, lo cual está muy bien; pero nosotros coincidimos en esa necesidad de comunicar que abarca un abanico de gente mucho mayor, porque te puede seguir gente que entiende cuando hacés cosas muy complicadas como gente que disfruta de una historia simple.

      -Marcelo: También hay una impronta que uno tiene como cineasta o escritor. Soy contemporáneo al cine norteamericano de comienzos de los setenta, que era cuestionador y generaba debate, pero que también buscaba al público. No hablaba para su ombligo, hablaba para modificar, para transformar, y las obras se completaban en el ida y vuelta con el público. Así me formé, así pienso y sigue siendo lo que me gusta como espectador. No tengo modo de quitármelo.

      El director y la escritora comparten miradas artísticas y sociopolíticas. FOTO: Martín BonettoEl director y la escritora comparten miradas artísticas y sociopolíticas. FOTO: Martín Bonetto

      Amenazas a la vuelta de la esquina

      El Reino armó revuelo por su punto de partida: la historia de un pastor evangelista que esconde delitos y secretos dentro de una trama política y policial. Aunque se trata de una obra de ficción, parece haber una voluntad de sus creadores de advertir sobre un futuro distópico y no demasiado lejano en el que la derecha religiosa impone sus creencias al resto de la sociedad.

      ¿Hubo, acaso, una voluntad de generar conciencia sobre los tiempos que se avecinan? “Así como coincidimos en que a los dos nos gustan las series –arranca Claudia– también tenemos una manera de mirar el mundo y preocupaciones compartidas. Muchas veces nos mandamos noticias por whatsapp y las comentamos. Son preocupaciones que son anteriores a la serie, de hecho llegamos a trabajar juntos porque nos preocupan las mismas cosas y una de ellas es el avance de la ultraderecha en distintos países y cómo el poder manipula a la gente que tiene una fe genuina para arrastrarla hacia sus intereses”.

      -¿Y en tu caso, Marcelo?

      -Marcelo: El siglo XXI trajo varios temas que preocupan, como la cancelación del debate, el concepto amigo-enemigo, la postverdad y el regreso de las religiones como forma de hacer política. En este último caso, en las tres Américas estamos viendo cómo las iglesias evangelistas son usadas como ariete de la política de derecha. Es algo que nos preocupa y quisimos preguntarnos qué pasaría si algo así ocurriera en Argentina. No es una distopía porque no está puesto en el futuro, sería más una ucronía.

      El personaje de Peretti es un pastor evangelista que esconde delitos en una trama política.El personaje de Peretti es un pastor evangelista que esconde delitos en una trama política.

      -¿Qué puntos de contacto tiene con la realidad actual?

      -Marcelo: Nunca deja de ser una ficción, los personajes no tienen su equivalente en la vida real, pero habla de fuerzas que están latiendo en estos momentos. De hecho, empezamos este proyecto hace tres años y muchas de las cosas que al principio nos parecían imposibles, con el tiempo se fueron dando en la realidad. Lo que empezó como una fantasía extrema terminó por acercarse al documental. Nos pasó con el punto de partida de la serie: la cuchillada al candidato; eso lo habíamos escrito y poco tiempo después pasó con Bolsonaro.

      -Otro aspecto de la realidad que se cuela en El Reino es el empoderamiento de las mujeres. Hay personajes femeninos muy fuertes, como la fiscal o la esposa del pastor.

      -Claudia: Si uno le preguntara a la pastora que interpreta Mercedes Morán si es feminista, seguramente diría que no, pero claramente es una mujer empoderada que maneja todos los hilos del poder. Sin embargo, cuando hay que ir a hablar de los derechos de las mujeres, seguramente estará en contra de muchos derechos que plantea el feminismo. Hay algo contradictorio en esos personajes, porque son mujeres empoderadas pero no necesariamente son conscientes de ese empoderamiento.

      -Marcelo: La pastora Elena sin dudas tiene una tensión de disputa de poder con Emilio. Ella se siente la artífice de todo eso. Sin ella, Emilio no sería nada. En cambio Roberta es lo opuesto: en principio es una fiscal dócil, no tiene ninguna intención de subvertir ni enfrentarse a nada, pero en su recorrido comprende que está atrapada en una telaraña que le impide tomar decisiones, y que cuando las puede tomar se ve obligada a tomar partido y romper. No es el empoderamiento clásico, más bien parece totalmente desempoderada; pero poco a poco descubre que el empoderamiento pasa por otro lado que tiene más que ver con la rabia.

      -Claudia: A la fiscal le pasa algo que muchas veces nos pasa a las mujeres. Un tipo la maltrata, ella se pone a llorar y él le dice que es muy sensible. Pero no es sensibilidad, es que tiene una bronca adentro que si pudiera le daría una trompada. Es distinto a la pastora Elena, que maneja todo desde el lugar de la mujer antigua: “Yo manejo, pero que no se note”. Para ella las mujeres son más fuertes y los hombres son más débiles, pero el lugar de poder sigue estando reservado para el varón.

      Desde el cine y la literatura, ambos se adaptaron al formato serie. FOTO: Martín BonettoDesde el cine y la literatura, ambos se adaptaron al formato serie. FOTO: Martín Bonetto

      -¿Cuánto de lo que pasa en El Reino creen que puede pasar realmente en nuestro país?

      -Claudia: Creo que la Argentina tiene una composición social muy distinta a la del Brasil de Bolsonaro. Los slogans y los mensajes que apuntan más a lo afectivo que a lo racional quizás no tienen el mismo efecto. Sin embargo en muchos países de Latinoamérica están creciendo los grupos evangelistas que acceden al poder y cuentan con diputados que no son muchos pero votan en bloque y terminan siendo quienes sancionan las leyes. Acá no debería pasar, pero hay que estar atentos.

      -Marcelo: Yo no soy tan optimista. Tengo muchos amigos en Brasil; tres o cuatro meses antes de las elecciones, para ellos Bolsonaro era un personaje de circo. Y terminó ganando. En la serie planteamos este escenario: los evangelistas no son mayoría, pero son un diez o quince por ciento que garantiza un triunfo electoral. ¿Es imposible que eso pase en Argentina? No lo sé. Pero más allá de la religión, hay algo que se está expresando en Europa que no tiene que ver con el evangelismo pero sí con el neonazismo y la xenofobia. Se trata de algo muy parecido: una restauración conservadora feroz. En España hay cuestiones que parecían fuera de toda discusión y que otra vez se discuten. Las conquistas que creemos que tenemos como sociedades no están talladas en piedra, hay que defenderlas cada día porque están en peligro.

      Los dos siguen atentos al avance de la ultraderecha en América y Europa. FOTO: Martín BonettoLos dos siguen atentos al avance de la ultraderecha en América y Europa. FOTO: Martín Bonetto

      -En el último tiempo, de hecho, se empezó a discutir de nuevo la separación del artista de su obra. La reacción de cierto sector de las iglesias evangélicas ante una obra de ficción como El Reino demuestra que estamos retrocediendo con respecto a nociones que ya creíamos resueltas.

      -Marcelo: Esta restauración conservadora viene por muchos lados. No todo es tan fácil de ver, como el avance de la derecha religiosa o los líderes neonazis. Hay otras formas mucho más sutiles que hoy están en el mundo y tanto a mí como a Claudia nos preocupan, pero ya no como creadores de una serie, sino como ciudadanos. Nuestra intención no es cuestionar el sentimiento religioso, sino la manipulación de ese sentimiento genuino.

      -Claudia: La gente puede tener su fe puesta en el evangelismo, en el catolicismo o donde quiera, pero nos preocupa la manipulación que hacen tanto desde esos espacios como desde afuera, pegando agendas de la derecha a esos movimientos y haciendo coincidir el conservadurismo político con el religioso.

      -¿A qué obedece esta avanzada de la derecha en el mundo?

      -Claudia: Siempre hay olas, pero en mi historia personal nunca viví una avanzada tan fuerte de la ultraderecha. En los setenta, por supuesto, pero de otra manera. Hoy hay gente que en redes sociales, en nombre de su dios o su religión, te escribe para desearte la muerte. O gente que discute cuestiones con las que ya había acuerdo y que niegan la desaparición de personas durante la dictadura.

      -Marcelo: Hay sentimientos que siempre estuvieron en la sociedad, pero hasta hace mucho se mantenían ocultos, daba vergüenza expresarlos. Hoy todo eso se exhibe. 


      Sobre la firma

      Enzo Maqueira

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