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      Por qué el exceso de azúcar es un riesgo para la salud cerebral

      La Organización Mundial de la Salud recomienda reducir el consumo de azúcares a menos del 10% de la ingesta calórica total diaria.

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      Por qué el exceso de azúcar es un riesgo para la salud cerebralLos especialistas recomiendan reducir el consumo de alimentos con alto contenido de azúcar. Foto: Archivo Clarín

      Pregunta: Mi amigo íntimo primero engordó, luego tuvo diabetes tipo 2 y después empezó con problemas de memoria y confusiones por lo que la esposa lo llevó al médico. Después de unos estudios le dijeron que era por la gordura y por lo que come. Tiene 60 años y agradecería alguna explicación. Claudio H. Castillo, Virrey del Pino

      La afirmación “los humanos somos lo que comemos”, realizada a mediados del siglo XVIII por el filósofo y antropólogo Ludwig Feuerbach en su obra Enseñanza de la Alimentación, no estaba errada.

      En los últimos 50 años el consumo de azúcares (que incluye no solo a la común azúcar blanca que existe en cualquier casa –la sacarosa– sino además a la fructosa, galactosa, glucosa, maltosa o lactosa) se ha triplicado a nivel mundial dado que se añade a casi todos los alimentos procesados y se ha convertido en uno de los principales problemas de salud pública del siglo XXI por las repercusiones negativas que tiene sobre la salud.

      La Organización Mundial de la Salud recomienda reducir la ingesta de azúcares (los añadidos a los alimentos más los naturales) a menos del 10% de la ingesta calórica total diaria (implica menos de 50 gramos).

      Las gaseosas y  otros alimentos procesados  tienen un exceso de azúcar. Foto: Archivo Clarín.Las gaseosas y otros alimentos procesados tienen un exceso de azúcar. Foto: Archivo Clarín.

      El 80% de los productos procesados que se encuentran en un supermercado contienen azúcares ocultos que consumimos sin darnos cuenta y suelen añadirse en exceso en gaseosas, condimentos, alimentos enlatados, caramelos, mermeladas, sopas comerciales, cubitos, salsas, aderezos de ensaladas, mayonesas comerciales, snacks, etcétera.

      Esto ocurre por ser un recurso barato para la industria y que muchos relacionan con el incremento de la obesidad en la población mundial.

      Cómo reacciona el organismo

      El azúcar es absorbida rápidamente y provoca un aumento brusco de la glucemia en sangre, lo cual dispara una normal mayor secreción de insulina por el páncreas con el fin de acelerar el paso del azúcar al interior de células que la usan de combustible y provocar, en simultáneo, el descenso rápido de la glucemia.

      Ante este hecho, el organismo reacciona por una parte con una mayor sensación de hambre y que en un círculo vicioso lleva a ingerir más hidratos de carbono y dulces, y por otra parte, aumenta los niveles de adrenalina y cortisol que pueden provocar cambios emocionales y de conducta.

      Elevados niveles de azúcar en sangre desencadenan la liberación a la sangre de sustancias proinflamatorias. Imagen: Shutterstock.Elevados niveles de azúcar en sangre desencadenan la liberación a la sangre de sustancias proinflamatorias. Imagen: Shutterstock.

      A la hora de distribuir la glucosa desde el torrente sanguíneo, el cerebro tiene prioridad sobre el resto de los órganos ya que es su principal fuente de energía y que utiliza tanto para el mantenimiento de la actividad de las neuronas como para la síntesis de neurotransmisores (dopamina, serotonina), que está vinculado con el estado de ánimo.

      Lo que en cantidades adecuadas es necesario, en exceso es nocivo para el cerebro, que se siente ahogado por los niveles constantes y anormalmente altos de insulina y deja entonces de funcionar de manera correcta.

      Además, debido a que existe una clara interacción entre el sistema metabólico y el inmunológico, los elevados niveles de azúcar en sangre desencadenan la liberación a la sangre de sustancias proinflamatorias (secretadas por las células del sistema inmune, tales como la interleuquina 6 y el factor de necrosis tumoral) responsables de generar una inflamación crónica de bajo grado pero que se extiende por todo el cuerpo y, especialmente, al cerebro.

      Una investigación publicada en 2017 en Scientific Reports demostró que quienes consumen azúcares en exceso tenían un 23% más de probabilidades de padecer trastornos cerebrales y emocionales, muchas veces graves e irreversibles, además de trastornos en otros órganos del cuerpo.

      E.M.


      Sobre la firma

      Norberto Abdala
      Norberto Abdala

      Médico psiquiatra. Magister en Psiconeuroendocrinología. Columnista de Clarín.

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