Noticias hoy
    En vivo

      Joaquín Levinton: fisura, caos y, por fin, renacimiento

      El líder de Turf habla de su nueva vida, con álbum estreno, show en el Gran Rex y gira por Europa.

      Joaquín Levinton: fisura, caos y, por fin, renacimientoJoaquín Levinton: de Loco un poco a sentar cabeza. Foto: Martín Bonetto.

      "¿Vos no tenés Ibuprofeno, ¿no?" Joaquín Levinton viene de una noche larga y se levantó al mediodía. Ayer estaba cantando con su banda Turf en Santa Fe y hoy ya está en su caserón de Almagro, despatarrado sobre el sillón, dando una entrevista en ojotas. Le espera una temporada agitada: acaba de sacar un nuevo disco, se viene presentación en el Gran Rex y (por primera vez en su vida) el 13 de mayo, y luego gira por Europa.

      Por fuera de lo estrictamente musical, está conduciendo el programa de stream Tremendovich y se prepara para participar como invitado en Masterchef, donde compitió en 2021. Sea arriba de un escenario o sea frente a una cámara, su actitud es siempre la misma: “Me encanta la cuestión teatral, yo pienso todo como si fuera una perfo”.

      Su perra Raquel camina cerca y se le refriega. Detrás de él, en el televisor, está en pausa la película ganadora del Oscar Todo en todas partes al mismo tiempo. En la mesa del living hay una compu donde tiene abierto el chat GPT, la inteligencia artificial tan de moda por estos días, con la que se puede interactuar, consultarle información o darle tareas. Joaquín le pide que escriba una letra al estilo Turf y la respuesta lo sorprende.

      “Voy caminando por la vida / sin saber a dónde voy / sigo buscando respuestas / a lo que no tiene solución / a veces creo que la tengo, y otras veces no sé / si lo que tengo es lo que quiero / o lo que quiero es lo que no sé”.

      “¡Es buenísima!”, aprueba él. “Agarra todas las palabras de los temas y te arma algo nuevo. Es increíble lo rápido que lo hace. El problema es que no tiene corazón, ¿viste? Le falta sentimiento. Esto va a reemplazar a un montón de cosas en el futuro, pero los últimos que van a caer en la volteada son los artistas.”

      Joaquín divaga sobre humanos y robots, se queda un segundo en silencio mirando al techo, y suelta: “Hay cosas que son muy locas: ¿cómo pasa la música por el aire? Eso es una locura pensarlo, ¿no te parece?…”

      Nunca me crucé al Diego, pero entre lo fisurado que estaba él y lo que estaba yo cuando empezó Turf, podríamos habernos cruzado.

      Joaquín Levinton
      Levinton carismático, entre los Gallagher y Jagger. Foto: Martín Bonetto,Levinton carismático, entre los Gallagher y Jagger. Foto: Martín Bonetto,

      Renacimiento

      Tal es el nombre del reciente disco de Turf. Conjuga viejas y nuevas tecnologías, habiendo salido en vinilo y en digital. Es una colección de singles que vienen publicando desde 2019 y que ahora vio la luz con algunas canciones extras. O sea que se cocinó antes, durante y después de la pandemia. De ahí la canción Alto Trip que dice “¿Qué comiste cuando estabas triste, / cuando estuvo restringida la música?”.

      A Joaquín esa línea lo enorgullece, porque deja un registro de época. También rescata la frase “En mis venas, un gol del Diego”, del tema Todo x nada. Lo explica así: “Fue una manera de inmortalizarlo. Desde que se murió, a todos nos quedó algún Dieguito adentro. Nunca me lo crucé, no me gusta eso de conocer a tus ídolos, pero entre lo fisurado que estaba él cuando empecé con Turf en los ‘90, y lo fisurado que estaba yo, tranquilamente podríamos habernos cruzado” (risas).

      Para este octavo álbum en estudio, Turf decidió que su primer simple fuera Sentimientos encontrados, una colaboración con los Auténticos Decadentes.

      “Siempre tuve el sueño tener una canción al estilo Jorge Serrano, de los Decadentes”, explica Joaquín. “Lo había intentado con Pasos al costado, que de hecho está compuesta sobre la batería de El pájaro vio el cielo y se voló. Toda la vida quise hacer un tema como él y por fin me salió. Encima con todos ellos, que canten todos, incluyendo a los cuatro cantantes. Eso no pasa nunca.”

      -Hace unos años, ellos te habían invitado a vos para el tema Festival de rock (Irrompibles, 2010).

      -Eso fue una locura hecha en Valeria del Mar. Yo me cagué tanto de risa en esa grabación que una vez me caí de la silla, me golpeé la cabeza y casi me desmayo. En ese tema nos reíamos de los festivales.

      -¿Con quién tenés mejor relación?

      -Con Cucho tenemos una sensación particular, porque en algún punto hay algo festivo entre Turf y Decadentes que nos hace similares. Somos un perfil más serio y uno más joda… Pero siempre dentro de la joda. Cucho es imposible, es inmanejable, es un molde único. Dios lo hizo y tiró el molde a la basura. Los cantantes somos todos muy particulares, todos re-locos. Tenemos un disco juntos que tengo acá en la compu, algún día va a salir. También tengo un disco solista mío, que estoy contento por el solo hecho de haberlo hecho y disfrutado, como un goce personal, sin la necesidad de exponerlo, ni salir a defenderlo.

      -Entre los invitados de Renacimiento hay músicos nuevos, como Ca7riel y el guitarrista de Usted Señalemelo, ¿cómo llegaste a ellos?

      -Me encanta la música nueva, esperé mucho este recambio generacional, que tardó. Son todos increíblemente virtuosos. He llegado a un punto en que ya no tengo prejuicio con nada. Me gusta Ca7riel, Paco Amoroso, Louta, Duki, Zoe Gotusso, Conociendo Rusia, Bándalos Chinos, Usted Señalemelo… Y me encanta Dillom. Pero también escucho Miranda! y Calamaro. Es muy bueno el rock nacional.

      Levinton de entrecasa y con su su perra Raquel. Foto: Martín Bonetto.Levinton de entrecasa y con su su perra Raquel. Foto: Martín Bonetto.

      -¿Qué te atrae de las nuevas generaciones?

      -Rompieron con la tradición del rock nacional. En vez de estar tratando de reciclar a Charly, Spinetta y Fito, los sepultaron a todos. Trajeron el trap, que no es algo nuevo, pero sí es nuevo acá, y se lo adoptó como parte real de la cultura urbana. Antes parecía algo fuera de contexto.

      -¿Qué destacás del trap?

      -La facilidad que tienen para tirar letra, y la cantidad que producen. Descargan un montón de contenido que les pasa, pensá que es una época tan superficial, tan virtual, que cuando viene un chico a cantar todo lo que le pasa es un montón. Es muy inspirador para los demás chicos. La mayoría son independientes. Bizarrap empezó así y trata siempre de recrear su primer estudio inicial. Ese es el mensaje que transmite: que cualquiera podría hacerlo. Todo lo que toca lo hace oro y enaltece a los que lo rodean. Va a terminar haciendo un temazo con Ricky Martin o Julio Iglesias, olvidate. Estos pibes crecieron con toda la información en el celular. Son esponjas, unos cerebritos absorbentes. Yo me olvido de todo; cuando me entra una cosa en la cabeza, se me va otra.

      -Turf está por cumplir 30 años, ¿cómo te pega eso?

      -Es mucho más la vida que tengo con Turf que la que tengo sin ellos. Somos un grupo clásico del rock nacional, nadie puede dudar de eso, tenemos temas que ya pertenecen a la gente. Lo llevo bien porque siempre fue la misma formación. Tratamos de renovarnos, como este chiste de Renacimiento, que de renacentistas no tenemos nada, pero para nosotros el renacer es seguir haciendo cosas nuevas. Chespirito decía que uno no envejece si tiene proyectos. Así de sencillo. Cuando armamos el grupo en 1995 fue para no trabajar... ¡Y lo logramos!

      -¿En qué quedó tu otro proyecto, Sponsors?

      -Quedó ahí, fue un proyecto más personal, después que nos separamos con Turf. Era un proyecto solista donde yo hacía todo. Ahí cantaba el tema Sexo, drogas y reggaetón, algo adelantado, porque ahora las únicas estrellas son la de reggaetón. Ya no quedan rockstars, aunque algunos se lo creen. No digo nombres, porque después me los cruzo en festivales y…

      No aprendí a cocinar en Masterchef, pero me ayudó a anular prejuicios. Los tres jurados son capocómicos.

      Joaquín Levinton
      Levinton en su caserón de Almagro. Foto: Martín Bonetto.Levinton en su caserón de Almagro. Foto: Martín Bonetto.

      Alto perfil

      Levinton (48 años) dice que se codea con todos sus ídolos de la adolescencia, y que hoy lo tratan de igual a igual. Ahora es él quien les da consejos a las nuevas bandas. Su debut con Turf fue en 1997, con el disco Una pila de vida, que contenía el tema Despiole generacional, con Charly García de invitado (el más codiciado).

      Al año siguiente, la banda teloneó –nada menos– a los Rolling Stones en River, y en 2001 explotó con el álbum Turfshow. Al día de hoy, hits como Pasos al costado suman 74 millones de escuchas en Spotify. En un mes, el Gran Rex será su el espacio para el renacimiento de la banda, que pasó por una pausa entre 2014 y 2023.

      -Se viene el Gran Rex, ¿dónde te gusta tocar más: en teatros, estadios o boliches?

      -Son todos distintos. He tenido eventualidades en todos (risas), pero tocar en River es siempre una locura demencial, como la vez que teloneamos a los Rolling Stones. Ni hablar de lo que fue tocar antes de Oasis.

      Me gustan los desafíos, como lo de ir a tocar a España con Turf, algo que para los pibes de ahora es más normal porque hay un mercado globalizado.

      Joaquín Levinton
      Rerenacimiento. El nuevo álbum de Turf es el octavo en estudio y contiene once temas inéditos.Rerenacimiento. El nuevo álbum de Turf es el octavo en estudio y contiene once temas inéditos.

      Desinhibido y delirante, el músico cultivó siempre un alto perfil, combinando el bardo con las buenas melodías, como si los dos hermanos Gallagher de Oasis convivieran dentro suyo.

      Grabó ocho discos, compuso himnos que se cantan en boliches y estadios como Loco un poco (la que dice: “Cuando escuchés esta canción/ Te va a alegrar el corazón”) y tuvo grandes momentos de exposición mediática, como invitado en Podemos Hablar y Almorzando con Juana, pero sobre todo como participante de Masterchef Celebrity 3.

      Anteriormente, había aparecido en las revistas de chimentos por su romance (que se retrataba como tóxico) con Celeste Cid, y en la sección de policiales de los diarios por un caso de tenencia de drogas, durante un confuso episodio que vivió en Chaco.

      Por eso no es descabellado cuando le preguntan por la situación de colegas como Chano Charpentier o Pity Álvarez. “No tengo relación con Chano, no consumo su música, pero hay una historia graciosa y es que Tan Biónica empezó haciendo covers de Turf. Incluso Ríspico, nuestro tecladista, les produjo el primer demo. Ellos la pegaron en un momento en que Turf se había separado. No tengo ninguna cosa para decir, ojalá le vaya bien. Pity tocó en un tema mío de Sponsors, es amoroso. Ahora le sacaron la tobillera electrónica y está en la casa. Cuando vuelva a tocar, llena River. Se lo merece. La gente lo re extraña.”

      -A Juanse se le apareció Cristo, ¿a vos te pasó alguna situación así extrema de tocar fondo?

      -Juanse lo debe haber visto en serio, porque ahora es creyente. Es muy loco: él que cree en Dios posta. La mente te puede jugar esas pasaditas. Nunca tuve ese tipo de revelación… Y si la he tenido, ya se me olvidó (risas). Yo era un caos, ahora estoy más ordenado. Mirá cómo está mi casa. Está ordenada porque yo soy ordenado. Antes había un desorden tan hermoso que me daba lástima ordenarlo. Pasé de ser noctámbulo a diurno; uno va modificando cosas. Lo repetitivo se vuelve aburrido.

      -¿Seguís en contacto con tus compañeros de Masterchef?

      -Hay un grupo de WhatsApp donde estamos todos. Está Denise Dumas, que es divina. A Tití Fernández lo amo. Y cocinar con el Negro Enrique, siendo yo fanático de River, fue increíble. Se armó un grupo bárbaro de personas. Yo dudaba: “Qué va a pasar, con qué me voy a encontrar...”. Pero no podía decirle que no a algo así. Y acepté.

      -¿Qué te dejó esa experiencia?

      -Estuvo buenísima. Aprendí un montón, pero no de cocina: Masterchef me ayudó a anular prejuicios. Es un programa divertidísimo: los tres jurados son genios de humor, son capocómicos. Yo jugaba a cocinar. Iba a divertirme y a romper las pelotas. Nunca lloré, ¡no podía entender cuando se ponían a llorar! Hay momentos donde se empieza a volver psicodélico y se transforma en un experimento humano. Los que quieren ganar y se lo toman muy en serio, pierden.

      -¿Por qué sedujiste al público?

      -La gente se enganchaba conmigo porque les daba diversión. Catherine Fulop es una mujer divina, que estudiaba cocina toda la noche y después se levantaba temprano para seguir practicando. Y yo, nada que ver. En esta nueva edición me invitaron para ir a aconsejar, ¿viste que cada tanto va uno que enseña? Cuando estaba yo, vino El Polaco, que es amigo, pero me aconsejó re-mal (risas). Después competí contra él y le gané. Por eso se re-calentó conmigo.

      -¿Seguís cocinando en tu casa?

      -Sí, pero lo que siempre cociné, lo básico. Yo iba zafando. Sabía hacer un bife con puré y lo iba modificando como podía. Ése era mi truco.

      -¿Cómo ves a Wanda Nara como nueva conductora?

      -No la conozco. Supongo que va a seguir la línea de Santiago. Está todo muy cuidado en el programa. Hay un equipo de trabajo excelente. No sabés lo intenso que era, teníamos 8 horas de grabación. Santiago era muy divertido y serio a la vez. Se involucraba. Te tiraba preguntas locas. Te sacaba la ficha e iba a fondo.

      -En el disco Odisea (2017), tenés un tema llamado Los freaks de la TV, donde te burlás de los mediáticos, ¿Alguna vez, mientras estabas en Telefé, te imaginaste terminar así, como un “freak de la tele”?

      -No, porque no soy eso. A mí me gusta hacer televisión y radio para ampliar mis horizontes. Me gustan los desafíos, como lo de ir a tocar a España con Turf, algo que para los pibes de ahora es más normal porque hay un mercado globalizado. O tocar en el Gran Rex.

      -Todos los grupos tocaron en el Rex, ¿Por qué no tocó Turf?

      -Siempre fuimos muy despelotados, ahora estamos más organizados. Nunca terminamos de ser una banda profesional. Hacemos lo mejor que podemos y bastante bien nos sale. Hoy que se publican todos discos de covers y colaboraciones, nosotros seguimos componiendo canciones, sacando temas nuevos y haciendo una música chifladísima. 


      Sobre la firma

      Nicolás Igarzábal

      Especial para Clarín

      Bio completa