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      Penélope Cruz: La actriz que logra leerle la mente a Almodóvar

      La actriz de 47 años tiene una relación muy especial con el director español, que la dirigió en "Madres paralelas", de próximo estreno por Netflix.

      Penélope Cruz: La actriz que logra leerle la mente a AlmodóvarA los 47 años, Penélope luce más espléndida que nunca, Foto: EFE /Javier Etxezarreta

      Habría que preguntarse qué expresó exactamente Penélope Cruz la primera vez que recibió una llamada telefónica de Pedro Almodóvar. Siendo niña, en Madrid, veía una y otra vez los cassettes en Betamax de las películas del realizador español, con la esperanza de que él pudiese encontrarle un lugar en su mundo brillante y audaz. Soñaba con eso tan a menudo que el día que él la llamó por un papel, ni siquiera le pareció la primera llamada, sino la décima, o la centésima, de alguien a quien ya conocía muy bien.

      Ese vínculo siguió cuando Almodóvar la citó a su departamento para leer algunas escenas. Penélope todavía era una actriz novel –corría 1992 y sus dos primeras películas, Jamón Jamón y Belle époque, acababan de estrenarse– pero mientras intercambiaba frases en la cocina con un Almodóvar mucho más consolidado, la conexión entre ellos no podía ser más natural.

      “Es difícil explicarlo sin que suene raro –me dijo Cruz–, pero los dos nos conocemos tanto que podemos sentirnos mutuamente y leernos la mente.” Él no la eligió en aquella primera reunión –el papel era para alguien de 35 años y ella tenía apenas 18–, pero durante los años siguientes, Penélope siguió soñando con Almodóvar, imaginando en qué lugar de Madrid podría estar.

      ¿Qué se hace cuando se siente una conexión natural y sobrenatural? Si se es Cruz y Almodóvar, al final se cede y se hacen siete películas juntos. La última, Madres paralelas (en la Argentina se estrenará el 18 de febrero en Netflix, tras su paso por algunas salas). es una de las mejores. Con Penélope en el papel de una madre que lucha con un terrible secreto. Su interpretación obtuvo la Copa Volpi en el Festival de Cine de Venecia y otros premios internacionales. Incluso puede hacer que Penélope, de 47 años, ganadora de un Oscar por Vicky Cristina Barcelona, sea nominada por cuarta vez a los premios de la Academia.

      "Es difícil explicarlo sin que suene raro, pero con Pedro nos conocemos tanto que podemos sentirnos mutuamente y leernos la mente.”

      Penélope Cruz

      Le mandé un mail a Almodóvar para preguntarle qué pensaba de las visiones brujeriles de Penélope. “Tiene fe ciega en mí –me respondió–. Está convencida de que soy mejor director y guionista de lo que soy. Esta fe me llena de confianza para pedirle cualquier cosa, mientras que la confianza que ella deposita en mí le permite hacer cosas que no se atrevería a intentar con otros directores.” “Pero sí - añadió-, puede ser un poquito bruja.” Cuando Almodóvar le mencionó por primera vez el proyecto de Madres paralelas era 1999 acababan de rodar dos películas juntos, Carne trémula y Todo sobre mi madre, en las que ella interpretaba a mujeres embarazadas. Con Madres paralelas hubieran sido tres seguidas: Almodóvar le dijo a Penélope que debía hacer de la joven Ana, una de las dos madres solteras cuyos bebés recién nacidos son cambiados al nacer.

      Pero incluso entonces la intuición de ella entró a tallar y Cruz se sintió atraída por la madre de mayor edad, Janis, una fotógrafa muy dueña de sí misma que se encuentra frente a un embarazo inesperado y a un capítulo oscuro de la historia de España. El proyecto tardaría dos décadas en hacerse realidad: en 2020 Almodóvar le dijo a Penélope que había resucitado Madres paralelas y que la tenía en mente para interpretar a Janis.

      El papel parece haber sido pensado para ella. Al igual que a Janis, a la actriz le encanta la fotografía, una afición suya desde adolescente. Cruz es chic y cosmopolita como Janis; mezcla jeans y ropa de diseño de manera elegante pero nunca sobreproducida. Y ahora es madre realmente, de dos hijos criados junto a su marido, el actor Javier Bardem.

      Al poco tiempo de empezar, Madres paralelas presenta un giro argumental, y Janis debe moverse en una angustiante dualidad. Desde Madrid, durante una videollamada, Penélope se mostró cálida y efusiva. “¿Cómo puedo hablar de esta película sin que parezca que, ay, pobre de mí, se sufre tanto con un personaje así?”, se preguntó.

      En Madres paralelas,  de Almodóvar. Penélope Cruz es Janis una mujer que vuelve al pueblo  a buscar los restos de su bisabuelo.En Madres paralelas, de Almodóvar. Penélope Cruz es Janis una mujer que vuelve al pueblo a buscar los restos de su bisabuelo.

      Y agregó: “Pero tampoco quiero mentir y decir que sí, que fue muy fácil. Sabía que iba a ser un rodaje con adrenalina pura, probablemente el más intenso que hayamos llevado a cabo, y así fue”.

      Hubo un momento culminante, tan angustiante que, tras la toma, Almodóvar tuvo que ayudar a una Penélope devastada a levantarse del suelo. “Me gustaría que pudieras hacerlo sin sufrir tanto”, le dijo. Pero no era así como veía las cosas Penélope.

      “Cuando lo analizo retrospectivamente, no lo recuerdo como sufrimiento –contó Cruz–, porque lo hacía para ella, para Janis, o para todas las mujeres que pudieran estar en una situación de perder lo que más quieren. Para mí, Janis estaba viva. Es una criatura real que creó Pedro. Tengo una sonrisa en la cara porque la interpretación me dio mucho y me hizo sentir muy viva creativamente. Emocionalmente estaba agotada, pero disfrutaba de cada segundo.” Una actriz obstinada. Si se le pregunta a la gente que mejor la conoce cómo describir a Penélope Cruz, aparece siempre un adjetivo. “Toda mi vida he escuchado lo testaruda que soy. No sé si será porque soy de Tauro”, me dijo.

      Como sea, esa obstinación le ha servido mucho. Cuando tenía 14 años se presentó a un programa de caras nuevas en Madrid dirigido por la agente Katrina Bayonas. Cada aspirante debía tener al menos 16 años para entrar, así que Penélope mintió. Sospechando la mentira, Bayonas le dio para que leyera en voz alta una escena de Casablanca que requería experiencia.

      Cruz trató de cumplir con su parte y fue descartada las dos veces, pero a la tercera recurrió a una improvisación que le permitió liberar toda la rabia y la frustración que sentía por no haber sido tomada en serio. Bayonas quedó impresionada por su talento y su carácter incansable y la llamó para decirle que, de las 300 caras nuevas que se habían presentado, la había seleccionado a ella para la representación. (Décadas después, Katrina Bayonas sigue siendo la agente española de Penélope.) Le pregunté qué la había hecho tan decidida y segura. Quizás ser Tauro, o quizás algo que le hubiesen inculcado en la infancia, cuando estudió ballet. “La sensación de que te sangran los dedos de los pies pero sigues adelante con una sonrisa, eso te forma”, respondió.

      "Nunca vi como algo separado mi carrera en Hollywood y mi carrera en Europa. Me siento muy afortunada por los ofrecimientos que he recibido".

      Penélope Cruz

      Algo parecido ocurrió cuando la convocaron para hacer películas en los Estados Unidos: a pesar de que Hollywood la mantenía en vilo, ella conservaba su sonrisa. Los directores anglosajones no siempre sabían qué hacer con Penélope y a menudo la elegían como ejemplo de amor diáfano en películas como The Hi-Lo Country y Espíritu salvaje.

      Algunas de sus películas fueron éxitos, como la cartelera doble de 2001 Blow, profesión de riesgo y Vanilla Sky, pero no fue hasta que se unió de nuevo a Almodóvar para Volver, en 2006, cuando obtuvo su primera nominación al Oscar. Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen, llegó dos años después, seguida de otra interpretación suya nominada en el musical Nine. Desde entonces, Cruz ha alternado entre grandes filmes de Hollywood, como la película de acción Agentes 355, y otras de escala más humana ambientadas en España.

      Y cada pocos años se reencuentra con Almodóvar, que siempre está ansioso por impulsarla al siguiente nivel. “En los papeles en español es más fácil comprobar su crecimiento y su extraordinaria versatilidad –opina él–. Aunque yo sabía que Hollywood se iba a interesar por ella, Penélope no ha desarrollado a pleno su capacidad en papeles de habla inglesa. Lo mejor de Penélope en el mercado estadounidense está por llegar.” Cruz dice: “Nunca vi como algo separado mi carrera en Hollywood y mi carrera en Europa. Me siento muy afortunada por los ofrecimientos que he recibido. Algunos han sido mejores que otros, pero no puedo mirar atrás y juzgarlos sólo por su resultado, los premios o las críticas. Cada paso cuenta.” Admite, sî, que durante un tiempo, mientras volaba de un lado a otro entre Madrid y Los Ángeles, y hacía hasta cuatro películas por año, aceptó un nivel de estrés insostenible. “Era un ritmo loco, y empecé a pagarlo. Les dedicaba todo ese tiempo a aquellos personajes pero no a mi propia historia, ni siquiera a mi familia en ese momento.”

      Y la familia es importante para ella; siempre quiso ser madre. Sabía que no quería tener hijos a sus veintitantos años, cuando todavía estaba muy enfocada solo en su carrera. Pero a finales de sus 30, después de casarse con Bardem y de poder ser más selectiva con sus proyectos, redujo el ritmo y dio a luz a Leo, y después a Luna. “La naturaleza te da unos meses para prepararte, pero desde el momento en que ves a tu hijo o a tu hija, cambia todo. Te cambia hasta el ego. Lo pone en un lugar más saludable.” La maternidad la ayudó a entender por qué Janis llega a esos extremos para proteger a su hijo. “Yo no habría hecho algo muy diferente a ella. Mucha gente me dice: ‘Bueno, sé que tiene un gran dilema moral, pero lo que hace no es muy ético’. Y yo les pregunto: ‘¿Usted es padre? ¿Es madre? Porque si así es, imagínese en esa situación’.”

      Penélope Cruz es una apasionada de la fotografía y de trabajar con Pedro Almodóvar.Penélope Cruz es una apasionada de la fotografía y de trabajar con Pedro Almodóvar.

      En diciembre, cuando Penélope fue homenajeada por su carrera en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, Almodóvar le envió un homenaje grabado en video. “Me dijiste que cuando fuera viejo me ibas a cuidar”, decía al final. “No soy muy viejo todavía, pero espero que cumplas tu palabra. Cuando sea viejo, espero que vengas y te conviertas, en este caso, en mi madre.” Penélope sigue incrédula. “¿Es posible imaginarse ver ese video justo antes de que tuviera que hablar?”, preguntó. “Lo curioso de Pedro es que no me diría eso a solas, en persona. Prefiere decírmelo en un video que a lo mejor van a ver miles de personas.”

      Pero recuerda la conversación a la que se refirió Almodóvar. Dieciocho años atrás, ella le dijo lo mucho que lo quería y que cada uno podía contar con el otro para siempre. Incluso se acuerda de cómo a él le cambió la cara cuando se lo expresó. “Al mencionar eso nuevamente, no me está pidiendo algo para él solamente –explicó Penélope–. Me está poniendo en un lugar de enorme valor en su vida, de enorme confianza. Es una forma de decir: ‘Quiero que estemos conectados el resto de nuestra vida’.” La forma en que Almodóvar ve la maternidad siempre ha sido poco tradicional: no olvidar que en Todo sobre mi madre Penélope interpreta a una monja embarazada. Las mujeres de Madres paralelas no esperaban tener hijos, y a veces luchan contra lo que la sociedad espera de ellas. Pero la maternidad sólo es limitante si se permite que lo sea. La película culmina con un cuadro de vínculos maternos –algunos biológicos, otros no— que resulta poco menos que insoportablemente conmovedor.

       Traducción: Román García Azcárate


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