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      The Crown: ¿cuánto es ficción y cuánto es verdad?

      • La multipremiada serie británica estrena la última parte de su temporada final.
      • La palabra de los investigadores que trabajan para darle verosimilitud.

      Retrato de familia real . El elenco de The Crown de la sexta y última temporada.

      ¿Realmente le propusieron matrimonio a la Princesa Diana de Gales (Lady Di) el día del accidente que le arrebató la vida en 1997? ¿Se conoce qué dijo la reina Isabel II al enterarse de la noticia? O más directo: ¿cómo sabemos que esto que cuenta la última temporada de la serie The Crown pasó de verdad o es un invento urdido por los guionistas?

      Pocos productos audiovisuales ponen al espectador en un rol de incertidumbre como lo hacen las biopics o producciones biográficas. Mientras que las series y películas que se asumen como pura ficción establecen con nosotros un contrato directo, sin vueltas –esto es un invento y nada más que eso–, las cosas se complican con las narraciones basadas en personajes y sucesos históricos.

      El rótulo de “inspirado en hechos reales” nos pone a la defensiva, haciéndonos cuestionar lo que vemos como si fuéramos detectives: ¿en verdad ocurrió esto? Y si ocurrió, ¿fue como lo plantea esta escena?

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      La sexta temporada.

      Si hay una serie culpable de revivir el debate sobre los límites entre lo real y la ficción en los últimos años esa es The Crown, ganadora de 21 premios Emmy. El drama de Netflix que sigue los pasos de la reina Isabel II y la corona británica a lo largo de décadas –desde la crisis del Canal de Suez hasta la Guerra de Malvinas, desde los desencuentros familiares hasta la entrada de la monarquía al siglo XXI– es terreno fértil para el ojo escéptico. No es casual que, cada vez que se estrena una temporada, las biografías en Wikipedia de Isabel II, su hijo Carlos y otras figuras de la corona alcanzan su pico de visitas.

      Con el inminente lanzamiento de los cuatro capítulos finales de la temporada seis, la última de la saga, que estarán disponibles a partir del 14 de diciembre, la serie se enfrenta a su desafío más delicado: retratar la trágica muerte de Lady Di y los años posteriores.

      No tenemos relación alguna con los personajes que retratamos, ya sean del gobierno o de la Corona. Eso afectaría nuestra línea editorial.

      Annie SulzbergerJefa de investigación de The Crown
      La actriz Elizabeth Debicki en el papel de la princesa Diana.La actriz Elizabeth Debicki en el papel de la princesa Diana.

      Como jefa de Investigación de la serie, Annie Sulzberger lidera los esfuerzos de separar la ficción de lo que no lo es.

      “Somos el único departamento que atraviesa todo el espectro del show, desde la creación del guión original hasta la post-producción”, cuenta a Viva sobre su rol en The Crown, el cual funciona como anclaje para todo lo que se verá luego en pantalla.

      La labor de Sulzberger, historiadora de arte que trabajó en curaduría antes de abocarse a la investigación audiovisual, precede a cada nueva filmación y toma meses en concluir.Junto a su equipo, pasan semanas indagando los hechos detrás de la corona, trabajando codo a codo con Peter Morgan, creador y escritor principal del show.

      Una vez definido el periodo de tiempo que abarcará una temporada, el equipo de investigación se lanza a la tarea de entender los eventos del momento histórico a retratar (tanto domésticos como internacionales) y a la construcción de líneas temporales para los personajes.

      Uno casi que puede imaginarse los complejos diagramas, listas de nombres y cuadros sinópticos colgados en las paredes del estudio, un remolino de flechas y datos que vienen y van.

      La clave está en encontrar orden en el caos: identificar cómo estos acontecimientos y personajes, aparentemente inconexos, pueden encajar en un episodio que sea coherente y atractivo de ver para el espectador.

      “Cuando ya hay un boceto de guión, pasamos a trabajar con los directores, que toman lo escrito y deciden cómo será retratado. Pero nuestra tarea impacta incluso a los departamentos de casting y arte, que necesitan esta información para contratar actores y ambientar las escenas”, explica Sulzberger.

      El principe Carlos (Dominic West) y Camila Parker Bowles (Olivia Williams). Foto: Netflix.El principe Carlos (Dominic West) y Camila Parker Bowles (Olivia Williams). Foto: Netflix.

      A la hora de contar la historia, la experta afirma que no hay “ningún tipo de agenda en juego”, sólo el resultado de ardua investigación documental y horas de charla con fuentes cercanas a los hechos.

      El punto más satisfactorio de su tarea, dice, es que incluso cuando se ruedan escenas “a puertas cerradas”, más subjetivas y sin una dimensión pública de la cual agarrarse, hay una base sólida detrás que permite suponer que así ocurrieron las cosas. Sin embargo, las polémicas, a veces, son inevitables.

      Contratamos gente joven para investigar a Lady Di. Para ellos no era la princesa del pueblo ni la agitadora de la corona.

      Annie SulzbergerJefa de investigación de The Crown

      Las versiones de Diana

      Si balancear lo real con lo ficcional es una misión compleja a la que se enfrentan todas las producciones históricas (solo basta ver los problemas que su adaptación de la vida de Napoleón le han valido al director de cine Ridley Scott estas semanas), en el caso de The Crown esto parece directamente imposible.

      Los casi 60 años que abarca la serie (de 1947 al 2005); las decenas de personajes que pasan por la pantalla, muchos de ellos aún vivos y por tanto con derecho a réplica; y las pasiones que desata la monarquía (del cholulismo adulador al rechazo feroz) hacen que cada palabra o acción atribuida a un personaje pueda desatar versiones contrapuestas. Algo que, en más de una ocasión, efectivamente ha ocurrido.

      En esta última temporada, las polémicas van desde lo pequeño –si la Princesa Margaret asistió o no a una fiesta– a otras donde lo que hay en juego es mayor. Mario Brenna, el paparazzo italiano que tomó por primera vez una foto de la Princesa Diana junto a Dodi Al-Fayed, su novio al tiempo del accidente, desmintió públicamente la versión de la serie de que había sido contratado por el padre del empresario para sacar la relación a la luz. Pero más allá de los casos puntuales, Sulzberger reconoce que el mayor desafío es la batalla contra la “memoria colectiva”: es decir, la visión que el público ya tiene formada de los hechos.

      “Al ser más cercana en el tiempo, para esta temporada había más información disponible y fuentes que acceder, pero también existe esta suerte de memoria pública sobre los personajes, cargada de emociones que pueden empañar los recuerdos”, explica.

      Una de las formas que utilizó Sulzberger para sortear esto fue contratar gente joven que investigara sobre la vida de Diana Spencer. Para ellos, dice, no era ni la “princesa del pueblo” ni una agitadora en el interior de la Corona.

      “Ninguna de estas versiones de Diana estaba en sus mentes: era comenzar una hoja en blanco”, dice la investigadora.

      Diana Spencer, el principe Carlos y los hijos, en la ficción.Diana Spencer, el principe Carlos y los hijos, en la ficción.

      La otra clave de The Crown es la perspectiva. Agarrar un hecho “en caliente” tiene sus trampas, razón por la que la historia termina en el 2005 y no en el 2023, dando a la producción un acervo de casi 20 años de material con el que trabajar los últimos episodios. Para esta temporada, Sulzberger y su equipo consultaron las investigaciones completas del choque de Diana, publicadas entre 2006 y 2008; hablaron con gente que hace tiempo dejó de trabajar en el Palacio (ahora pueden revelar los detalles más jugosos) y revisaron libros y diarios en busca de miradas frescas que contrastar.

      “No tenemos relación alguna con los personajes que retratamos, ya sean del gobierno o de la Corona. Creemos que eso afectaría nuestra línea editorial, además de comprometerlos a ellos”, afirma Sulzberger.

      No estamos para mostrar una visión propagandística: sentimos que tenemos el derecho de interrogar esta historia y estos personajes porque son parte de nuestros gobiernos e instituciones, pero nunca lo hicimos de manera irrespetuosa.”

      Para el diseño del vestuario tenemos unos tres meses de preparación por temporada.

      Amy y Sid RobertsResponsables del diseño del vestuario

      Vistiendo a la realeza

      Si hay algo que caracteriza a The Crown es su atención puntillosa a los detalles históricos, algo que incorpora también la moda y los vestidos. La ficción ha recibido numerosos elogios por la autenticidad de su vestuario, el cual con precisión refleja la moda de cada época que retrata. Los diseñadores de la serie trabajan temporada a temporada arduamente en capturar cómo evolucionaron los gustos de la sociedad y la Corona con el transcurrir de los años, pasando de los elegantes atuendos de los ‘50 a la moda contemporánea.

      Amy y Sid Roberts son las principales responsables del diseño de vestuario para The Crown. “Tenemos unos tres meses de preparación por temporada y siempre empezamos con el guión: lo leemos y comenzamos a investigar sobre las escenas”, explican a Viva. “Si hay un funeral, podés estar seguro de que investigamos sobre él. Estudiamos todos los hechos.”

      Además de ir a lo puntual, las expertas en vestuario se empapan de la vida de los personajes todo lo que les sea posible. De esta forma, pueden hacerse una mejor idea de qué les gustaba vestir en distintos contextos de su vida, permitiéndoles jugar en aquellas escenas que reflejan momentos privados.

      En otras ocasiones, en cambio, la inspiración es directa. Uno de los trajes más icónicos de la quinta temporada fue el “vestido de la venganza” que Diana se puso en 1994 para eclipsar a su esposo: el atuendo fue demasiado polémico en su momento como para no recrearlo en la serie.

      Mientras que cada personaje tiene su propio estilo, el cual refleja también su estado de ánimo y preferencias personales, las expertas aseguran que hay un “sentir” general que avanza con la serie. Un reflejo de la época, si se quiere. Las primeras temporadas (años ‘50) muestran vestidos clásicos y a medida, de estilo grandilocuente. Para la tercera temporada (años '60 y '70), en cambio, ganaron lugar los colores azucarados y rosas.

      Elizabeth Debicki (Diana), Imelda Staunton (Isabel II) y Dominic West (Carlos).Elizabeth Debicki (Diana), Imelda Staunton (Isabel II) y Dominic West (Carlos).

      ¿Qué hay de la sexta? “Esta temporada en particular tenía un sentimiento propio; mucha muerte. Y también sabíamos que todo llegaba a un final, por lo que se sintió diferente,” asegura Amy.

      “Hay muchas cosas nuevas ocurriendo: una vieja escuela que se está yendo y muriendo, y la introducción de nuevos personajes como Kate Middleton y su familia, que traen una estética muy diferente a la corona, más casual y hogareña”, acota Sid. Las responsables del vestuario no dudan en calificarla como la temporada “menos cohesiva” en términos de estilo y paleta de colores, debido a la cantidad de eventos ocurriendo a la par.

      “Esas cosas mantienen el trabajo interesante. Nunca se siente como algo repetitivo porque la ropa siempre cambia, ya sea por el lugar, el elenco o las historias y las políticas de la época”, aseguran.

      Con la llegada de los últimos episodios, el debate sobre lo real y lo falso, sobre si tal vestido es preciso o no, se alista para entrar a la cancha una vez más y las búsquedas de Isabel II en Wikipedia seguramente volverán a aumentar.


      Sobre la firma

      Rodrigo Capeans

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