Ser como Messi: la historia de dos campeonas del mundo del fútbol para ciegas

Asociar campeón o campeona del mundo a Argentina pasa con frecuencia desde el triunfo del equipo de Leo Messi en Qatar 2022. En 2023, Las Murciélagas, la Selección argentina de fútbol para ciegas, no fueron la excepción.

Dos de las nuevas campeonas del mundo son Micaela Segovia y Florencia Massenzana. Ellas también son compañeras en Las Pirañas de Avellaneda, dónde se preparan tanto física como mentalmente a lo largo de todo el año.

La Selección argentina ganó el primer campeonato mundial de la especialidad al superar por 2 a 1 a Japón. En ese partido Argentina empezó perdiendo y se definió con dos goles de Yohana Aguilar a un minuto de terminar: "En la final estaba convencidísima de que íbamos a ganar", señaló Florencia.

El torneo, en dónde estuvieron también Inglaterra, Alemania, Japón, India, Ghana, Costa de Marfil, y Mali, tiene reglas similares a la del fútbol convencional, aunque con algunas adaptaciones. Por ejemplo no hay fuera de juego y los saques de banda se hacen con el pie y no con la mano. Además, los partidos duran 40 minutos, divididos en dos tiempos de 20 cada uno.

"Cuándo nos hizo el gol Japón, que fue el único gol que nos hicieron durante todo el Mundial, no te voy a negar que durante un segundo, literalmente un segundo, sentí un poco de frustración por todo el trabajo que veníamos haciendo, que era inmeso", retoma Massenzana.

Y completa: "Por suerte nos recuperamos muy rápido. Porque la verdad es que fue nuestra mejor actuación. Después de ese segundo tuve un pensamiento y dije 'esto no va a terminar así'. Asique nos levantamos, tuvimos la charla en el entretiempo y salimos a buscarlo. Todo eso nos sirvió de impulso".

En el equipo hay futbolistas de Córdoba, Mendoza, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires. Tuvo el apoyo de la Federación Argentina de Deportes para Ciegos y de la Secretaría de Deportes de la Nación: "Se hizo un trabajo fuerte desde el 2016 con el objetivo de ampliar el número de jugadoras en el plano de la Selección ", declaró Gonzalo Abbas, entrenador de Las Murciélagas, antes de partir a Inglaterra para jugar el torneo.

"Fue mi primera experiencia a nivel internacional", retoma Florencia, y remarca: "Siendote sincera no teníamos muchas expectativas porque este selccionado pasó por muchos 'oles' a nivel mundial".

"Nos hicimos fuertes en 2019 sabiendo que en 2020 íbamos a nuestro primer Mundial que después por la pandemia se pospuso. Y después en el '21 pasó que se suspendió porque Nigeria, el país anfitrión, tenía problemas económicos. Pero recién caí que estaba yendo a disputar un Mundial cuándo me subí al avión".

Micaela Segovia tiene 29 años y es de Florencio Varela. Es arquera Las Murciélagas y de Las Pirañas de Avellaneda. También es estudiante de la Licenciatura en Actividad Física y Deporte de la Universidad Nacional de Avellaneda, y estudiante del profesorado de Educación Física en Villa Domínico.

"Ser parte de la Selección en las concentraciones, ponerse la ropa y demás ya era un orgullo inmenso. Y obviamente prepararme y ser parte del equipo que viajó al Mundial ya era tocar el cielo con las manos, pero no había que olvidarse que estábamos para grandes cosas", destacó.

Y completa: "Veníamos trabajando muy bien conforme se acercaba la fecha para viajar. En la final después del gol de Japón no me vine abajo en ningún momento. Estaba muy enfocada en lo que tenía que hacer. Les dije a ellas que estaban muy bien las cosas, que no nos vengamos abajo porque estábamos haciendo todo muy bien".

"Yo juego en Las Pirañas de Avellaneda desde el 2023, pero al fútbol ciego juego desde el 2018, y antes formaba parte de Las Romanas", vuelve Massenzana, y agrega: "Cerrar ciclos y abrir otros, hace que la vida te presente nuevas oportunidades, y eso hace también la vida más interesante siempre"

Además, en relación al equipo de zona sur, comenta: "A medida que fui conociendo a las chicas del equipo me re contra conquistaron, es inmensa la calidad humana que hay".

Ella es de San Martín, pero los martes y jueves, que son los días que entrena junto al equipo, viaja tres horas de ida y tres hora de vuelta para ir a entrenar a Avellaneda. Su papá es "muy futbolero", y si bien desde chica le inculcaron la pasión por el fútbol, argumenta que siempre le gustó intentar jugar todo tipo de deporte.

Sobre el final, manifiesta Micaela: "Es verdad que todavía seguimos con los agradecimientos, los saludos, las entrevistas, pero no hay que relajarse, y hay que seguir. Si bien salimos campeonas hoy por hoy no vivimos de esto, pero este tipo de cosas nos sirven para difundir este deporte y día a día tener más oportunidades".