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      Cumplió el sueño de entrar a la Armada, venció las barreras y lleva años de anécdotas en el Atlántico

      Es vecina de Almirante Brown y logró convertirse en peluquera de la base naval Puerto Belgrano. Sus expediciones.

      Cumplió el sueño de entrar a la Armada, venció las barreras y lleva años de anécdotas en el AtlánticoLorena entró a la Armada hace 12 años, es peluquera y recorrió el Océano Atlántico con buques argentinos.

      Lorena Soledad Ávalos es una vecina de Almirante Brown que desde muy chica tuvo un sueño muy distinto al de otras chicas de su entorno. Entre juegos, películas e historias que la inspiraban, se imaginaba como parte del Ejército, y así fue que dedicó todo su esfuerzo a convertirse en soldada.

      Hace 12 años logró cumplir su meta y hoy, que tiene 36, luego de haber vencido muchos obstáculos y barreras, se convirtió en la peluquera más prestigiosa de la Armada, donde acumuló una década de anécdotas en la base naval Puerto Belgrano.

      “Una de las cosas más locas y lindas que viví fue cortar el pelo embarcada. En 2019 participé de una travesía en Brasil. Me embarqué a bordo del Destructor Ara Almirante Brown, donde la travesía duró 28 días: 14 de navegación y 14 de puerto. Corté el pelo navegando y fue una experiencia re linda. Tanto mis días en el mar como en los momentos donde cubrí diferentes maniobras en el barco”, recuerda la militar, que también tuvo que auxiliar en proa cada vez que era necesario.

      Lista para auxiliar en proaLista para auxiliar en proa

      En un ámbito históricamente dominado por una mayoría de hombres como el Ejército, Lorena atravesó un arduo y largo trayecto para llegar al lugar que ocupa hoy: la única mujer en un piso lleno de soldados.

      Siempre me sentí muy cómoda entre ellos porque es mi profesión la de peluquera y me respetan como personal militar que soy”, cuenta, y destaca que cada vez son más las mujeres que ocupan cargos y roles en diferentes especialidades en las fuerzas de seguridad.

      “Un día habitual para mí comienza a las 6.30 cuando me preparo para dirigirme al Comando de la Flota de Mar, donde soy auxiliar de peluquería. Luego de la formación, comienza el movimiento del personal que se va a cortar el pelo”, relata Lorena acerca de su rutina diaria de hace más de 10 años.

      Cortándole el pelo a un soldadoCortándole el pelo a un soldado

      Ávalos comenzó la carrera inspirada en sus dos hermanos, que habían integrado antes que ella la institución. Sin embargo afirma que desde el momento en el cual se mudó con su familia a Punta Alta, durante su infancia, empezó a interesarse por el mundo de la Armada: “Desde chica nació el amor por pertenecer a las fuerzas militares”.

      De esta forma, al finalizar el secundario y cumplir sus 18 años, Lorena comenzó a preparar su examen de ingreso, que tuvo que interrumpir por la llegada de su primera hija. En aquel entonces, la institución no incorporaba a mujeres madres. Era el primer obstáculo en su carrera.

      “Con 23 años y a punto de cumplir los 24, el límite de edad para ingresar a la Armada, rendí y dije 'que sea lo que Dios quiera'", recuerda Lorena. Con el llamado que le informó que había pasado el primer filtro saltó de emoción y se preparó para atravesar las siguientes etapas.

      Sus hijas: Lucía de 18 años, Samira de 11, Yazmin de 8 e Isabella de 6.Sus hijas: Lucía de 18 años, Samira de 11, Yazmin de 8 e Isabella de 6.

      Fue justo en el año en que se aprobó la incorporación de mujeres con hijos, lo que alimentó su deseo de convertirse en madre de cuatro niñas como las que hoy tiene.

      Según dice, ser mamá jamás le impidió desarrollar sus tareas. “Uno puede ser madre y al mismo tiempo trabajar en la Fuerza lo más bien”, cuenta Lorena.

      Finalmente, al ingresar en 2008, se encontró con un abanico de especialidades para seguir. “A mí lo que me había gustado era peluquera y conductora. Me tocó peluquera”, comenta Ávalos, quien para hacer los cortes se basa en el reglamento de la institucion.  “Las normas indican un estilo corto y prolijo, el cual se logra tanto con tijeras como máquinas”, explica la especialista, y advierte que en las Fuerzas no hay lugar para cortes "modernos, actuales o diferentes".

      PELUQUERAPELUQUERA

      Hoy se desempeña como Cabo Principal Apoyo General, y aún no deja de soñar con ocupar otros cargos y conocer y aprender más sobre su oficio. “Me interesa ser militar por la forma de vida que tiene la institución. Es diferente y sé que me va a dar experiencias que sólo podría obtener a través de esta linda profesión”, cuenta Ávalos haciendo referencia a los viajes que la llevan a recorrer diferentes partes del mundo, conociendo diferentes nacionalidades, culturas, idiomas y personas.

      “La Armada en mi vida marcó un antes y un después, me enseñó el compromiso, la lealtad y el amor por lo que hago. Es una institución que te permite desarrollar personal y profesionalmente, en la que podés capacitarte y hacer lo que te gusta, y además te brinda experiencias únicas que sólo podes obtener a través de ella”, comenta la peluquera sobre su profesión.

      De esta forma la identifica como “su lugar en el mundo”, como un “sentimiento que no termina cuando llegás a tu hogar y te sacás el uniforme”. Y cierra: “Nosotros somos militares las 24 horas. Respetamos y mantenemos esos valores que caracterizan a la gente de la fuerza. Estoy orgullosa de formar parte de esta gran familia naval”.


      Sobre la firma

      Micaela Camarasa

      mcamarasa@clarin.com

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