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      Tuve que vencer mis propios miedos

      Entrevista. Una chica autoexigente. Tras la salida de su disco, “Nunca o una eternidad”, De Corral habla del agitado mundo de la música, de su ex pareja Gustavo Cerati, de Charly García, Hilda Lizarazu y Fabi Cantilo.

      Tuve que vencer mis propios miedosCLAIMA20111205_0013 UN LARGO CAMINO. LA EX CONDUCTORA DE “EL RAYO” Y MODELO A LA QUE MUCHOS CONSIDERARON LA YOKO ONO DE SODA STEREO CUENTA QUE PARA HACER SU CARRERA MUSICAL TUVO QUE DAR UNA LARGA PELEA CONTRA LOS PREJUICIOS AJENOS.
      Redacción Clarín

      Aún pisando las veredas sobrevaluadas de Palermo Soho, Deborah de Corral no pasa desapercibida. Su altura, conjugada con una actitud avasallante, construyen un cóctel que simula arrasar todo lo que se ponga por delante. Con ese ímpetu, su flamante debut solista apareció en la bateas para corregir un trayecto que arrancó en alguna oficina de Pancho Dotto.

      Así, la ex conductora de El rayo caminó pasarelas, estudios de televisión y camarines de rock&roll, guiada por ex parejas como Charly Alberti, Gustavo Cerati y Ezequiel Araujo, además de amigos cercanos del tamaño de Charly García y Pity Alvarez. Tanto con Plum , Imperfectos y DDC , Deborah siempre estuvo ahí, apoyada en una voz que llamaba la atención por su profundidad y expresividad.

      Fuera de aquella inconsistente teoría que la había posicionado en el lugar de la Yoko Ono de Soda Stereo (“Nada puede ser tan falso… Tengo ojos medios chinos, pero no para tanto”, señala sonriendo cuando se le insinúa la cuestión), la eterna chica de tapa rubrica su firma en el universo musical con Nunca o una eternidad , un primer paso discográfico que le despeja el camino y le señala un nuevo futuro plagado de buenas canciones.

      Cuando hablabas de tu carrera solista, quedaba la sensación de que algo faltaba, se veía en vos cierta inseguridad... ¿Cómo fuiste venciendo todo eso? El clic debe haber sido algo interno, pero eso uno nunca lo puede definir mucho; uno sabe que está sucediendo pero no lo puede describir. Por otro lado, tenía muy pocas canciones, no me había puesto a hacer un trabajo esclavo de componer y componer. Necesité jugármela un poco más. Sentía que realmente no había encontrado mi voz todavía, que si sacaba un disco apurada, cosa que por suerte no hice, no iba a estar mal, pero no iba a ser el disco que tengo ahora y que me encanta.

      El título del disco es bastante sugestivo. ¿En algún momento creíste que “nunca” iba a salir o que deberías esperar una “eternidad”? No, cada vez lo veía más cerca, hasta que finalmente lo vi y lo puede empezar a hacer. Justamente, Nunca o una eternidad es una frase del tema Este cielo , que dice “para qué ponerte a pensar en lo que pueda pasar/como si no hubiera alguna manera de ser lo que quieras ser y estar donde quieras estar/y cada día que pasa podría ser nunca o una eternidad” . Si no estás haciendo lo que querés y lo que tenés que hacer, si no estás siendo fiel a tu deseo y a tu esencia, la vida se te pasa.

      ¿El ejemplo podría ser “Plum”, el disco que hiciste con Charly Alberti? Un proyecto del cual nunca te hiciste mucho cargo… Sigo sin hacerme cargo de ese proyecto. No lo siento mío, realmente. Además, hay gente que ni se enteró de eso... Pasó mucho tiempo y, si bien fue un amague, no forma parte de mi período musical consciente, que es de cinco años a esta parte. Lo de Plum fue un invento, un engendro. Yo era muy chica y no tenía ni la más puta idea de lo que estaba haciendo.

      Plum fue un accidente musical. Me desencanté mucho en esa época.

      ¿Y la etapa de “Imperfectos”, cómo la ves? Me encanta.

      Imperfectos fue el puntapié de mi etapa musical a conciencia, sufrida, trabajosa. No busqué un sponsor, ni una discográfica, y me la tuve que jugar como una banda más. No era Deborah de Corral y bla, bla, bla. Hubo que recontrapelearla, cargar equipos y perder plata... Lo que le pasa a cualquier banda. Fue curtirme y tocar mis primeras canciones delante de todos los que te señalaban como la “modelito”. Fue super intenso, como una especie de colimba musical.

      ¿Te sentiste más observada por venir del modelaje y la televisión? Sí. Tuve que vencer mis propios miedos, y me permití el ridículo, la equivocación de hacer algo que no estuviera a la altura de mis expectativas. Además, soy muy melómana y tengo muy desarrollado el oído. Eso me da un sentido de la crítica muy agudo, que es lo que no me dejó “hacer” durante mucho. No me permitía avanzar. Una vez que lo logré, fue divino. Antes, nunca me terminaba de gustar lo que hacía, ahora sí. Hoy, más que nunca, me chupa un huevo lo que digan los demás. Las otras modelos que se dedicaron a la música y les fue mal habrá sido porque no habrían sido músicas. Yo soy música y me chupa un huevo. Y al que no le gusta lo que hago, no será mi público. Podrá gustarte o no mi disco, pero no podes decir que es una mierda. Acá hay música.

      ¿El modelaje es parte del pasado? Yo dejé el modelaje en el pasado hace mucho, mucho tiempo, y volví hace poco, porque me suma en lo económico y, si elijo bien la marca, algo que hoy puedo hacer, me suma como imagen.

      Hoy, muchas de tus colegas buscan fama y no tienen sustento, están preocupadas en buscar escándalos para trascender… ¡Qué horror! ¡Qué triste! No veo tele, pero cada vez que he estado en casas de amigos y vi ese tipo de cosas, me han hecho daño. Las cosas que son el supuesto mainstream de la tele y de los medios me parecen lamentables. Es todo tan berreta, tan falto de contenido, tan falto de buena intención, porque ya ni hay “buena leche”, ¿me entendés? Lo que noto es fealdad humana.

      ¿Te gusta lo que pasa con las mujeres solistas del rock argentino? Sí, porque hay mucho más que Hilda (Lizarazu) y Fabiana (Cantilo). Con todo respeto, son próceres, pero está lleno de cantantes buenísimas, que ni fueron coristas de nadie, ni sacaron discos, ni tienen contratos, ni hacen shows, pero que están ahí y tienen sus proyectos. Las cantantes femeninas acá, siempre estuvieron relegadas a ser coristas de rock o un bichito pop, y no hay porqué caer en ninguna de las dos categorías.

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