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      Alexander Apóstol: metáforas del desencanto

      • El artista venezolano exhibe en Proa21 sus videoperformances y fotografías críticas sobre las relaciones entre arte, poder y política.
      • Cuauhtémoc Medina es el curador de su primera muestra individual en el país.

      Alexander Apóstol: metáforas del desencanto La serie Régimen: Dramatis Personae (2018) se presentó por primera vez en la XII Bienal de Shanghai; reúne una tipología de los actores recurrentes del drama de los regímenes populistas de América latina.

      Hombres de traje y corbata, comandos paramilitares, rostros detrás de pasamontañas, próceres. Cada uno de los grandes retratos de la serie Régimen: dramatis personae, de Alexander Apóstol, encarna un personaje de la sociedad venezolana. Apóstol los muestra a través de fotografías frontales en blanco y negro; algo en su tono (absurdo pero agudo) y su disposición en la sala recuerdan vagamente a la antigua pintura de castas, utilizada en la época colonial para definir los grados de “pureza racial” de las personas.

      La serie tiene su lógica dual, como el resto de los trabajos que integran Postura y geometría en la era de la autocracia tropical, la muestra panorámica del artista venezolano que puede verse en Proa21. Las fotos no solo señalan con ironía la existencia de los muchos actores presentes en la sociedad venezolana de los últimos veinte años. Con su gesticulación hierática y su maquillaje exacerbado, parecen figuras de cera, muñecos, actores impostados en ese dulce y amargo espectáculo que muchas veces es la historia.

       Régimen (La reina de belleza que no conoce otra historia). Régimen (La reina de belleza que no conoce otra historia).

      “En el momento en que ideé esta serie (2017), los derechos humanos estaban pisoteados en todo nivel –cuenta Apóstol recorriendo la sala de Proa–. Por eso me pareció idóneo convocar, como modelos para cada una de las fotos, a miembros de una ONG que nuclea personas transgénero. Porque mientras en el resto del mundo representan una minoría que se está visibilizando, cuyos derechos, por primera vez, se están reconociendo, en Venezuela todo lo contrario. También porque es un colectivo que trabaja sobre sí mismo construyendo constantemente su propia identidad, entonces me pareció interesante establecer ese paralelo entre la identidad de estas personas y el modo en que ha ido mutando la identidad de Venezuela”.

      Formado en Caracas, Apóstol se encuentra viviendo en España desde hace dos décadas. Vuelve, sin embargo, cada año a su país para hacer obra, fotografías y videos que son el corolario de largos procesos reflexivos, dedicados a cuestionar la naturalidad con que los procesos del devenir histórico y político de su país han sido asociados con un modo de representación visual y artística preciso.

      Régimen (El expatriado oportunista con el bolsillo en el sistema).Régimen (El expatriado oportunista con el bolsillo en el sistema).

      Aunque Apóstol no era un desconocido para la escena porteña del arte (una obra suya pudo verse en Malba en 2018) la muestra de Proa es su primera exposición individual en Argentina. Fue concebida por la institución de La Boca junto con el Centro 2 de Mayo de Madrid, el Museo Universitario de Arte Contemporáneo de México y el Museo de Arte Moderno de Bogotá. Y tiene como curador al influyente Cuautéhmoc Medina, curador jefe del MUAC de México y un referente del arte contemporáneo latinoamericano.

      Las fotos de Régimen… son las únicas de la muestra. “La exposición está pensada para adaptarse en cada uno de sus destinos a sugerir lecturas y a un planteo espacial diferente”, explica Medina. Las pequeñas dimensiones de las salas de Proa21 determinaron que en este caso se opte por mostrar la mayor parte de los trabajos en su versión audiovisual, y no fotográfica. (La obra de Apóstol es versátil, y cierta preeminencia de la idea por sobre las formas admite para sus proyectos ambas versiones).

      Régimen: dramatis personae, en Proa 21. Alexander Apostol. Régimen: dramatis personae, en Proa 21. Alexander Apostol.

      En la sala se organizan, entonces, sus otros seis videos. Son espesos, en tanto demandan del espectador tiempo, atención e información (muchas veces fina) para poder comprenderlos plenamente, y sacar el máximo provecho a la lectura de la historia propuesta por el artista: tangencial pero genuina, precisa pero sutil, metafórica y elocuente.

      “Las obras de Alexander de los últimos años se caracterizan por ser una exploración simultánea y dicotómica de las dos tradiciones político estéticas que definen la visualidad venezolana –explica Medina–. “Avenida Libertador es muy precisa en ese sentido”, agrega. Esta obra presenta un recorrido subjetivo por dicha calle, principal arteria vial de la capital venezolana, que separa el Municipio de Libertador –asociado al chavismo– del de Chacao, de corte opositor. La dicotomía política encuentra correlato plástico a través de una serie de murales (de un lado los óptico–geométricos realizados por Juvenal Ravelo; del otro los paisajes tropicales de Napoleón Pisoni).

      Ensayando la postura nacional (2010).Ensayando la postura nacional (2010).

      Sobre ese fondo de fricciones plástico- políticas, Apóstol invita a un grupo de trabajadoras sexuales de la zona (el barrio estuvo habilitado, hasta 2011, como espacio para el comercio sexual) a que se presenten como si fueran los artistas más destacados del paradigmático movimiento cinético venezolano. Trans y prostitutas ponen cuerpo a los nombres de GEGO, Jesús Soto, Armando Reverón o Rafael Monasterio, entre otros, “produciendo una especie de corto circuito –según Medina–. Un tensionamiento aún mayor de esas dos herencias visuales, que son las más importantes del arte venezolano del siglo XX”.

      A través de fórmulas sencillas, las obras de Apóstol elaboran visiones críticas y agudas de las relaciones entre arte, poder y política. Resisten la tentación de plantar banderas rutilantes y, casi en silencio, destilan sus preguntas, esperando que el espectador saque sus conclusiones. Para establecer su mirada crítica, no solo toma distancia, sino que elige pararse en un lugar sexualizado y minoritario. Esa perspectiva las singulariza y sensibiliza. Les devuelve, más allá del ambicioso objeto de sus abordajes, cierta escala humana. Esa que es tan necesaria, y que tan pronto se diluye, entre las ambiciones patrióticas y las utopías de clase.

      Contrato colectivo cromo saturado (2012).Contrato colectivo cromo saturado (2012).

      Es justamente esa escala humana la que confiere a Contrato colectivo cromo saturado un dejo onírico que, de a ratos, toma tintes de pesadilla. Para esta obra Apóstol eligió locaciones a lo largo del país. Edificaciones realizadas a partir de los años sesenta, como parte del programa estético político de la era democrática, por grandes artistas del cinetismo, como Carlos Cruz Diez. “Fue el arte oficial del período democrático –explica el artista–. La democracia necesitó estrategias populistas y se asoció entonces a ese arte para realizar obra pública, en una estética que la gente pudiera comprender. Al arte cinético –observa– lo ves de un color u otro, o una forma u otra, dependiendo de donde te pares. Al populismo también”.

      Entre atractivas formas y colores, los minúsculos personajes registrados por Apóstol realizan acciones sencillas y reiterativas, interactuando con el espacio de forma errática. Las arquitecturas vacías parecen ruinas, colosos olvidados. “La geometría aparece como un efecto idealizado de cierto tipo de sujeto –reflexiona Medina al respecto–. Los cuerpos parecen emanar de la decoración, es muy curioso. No hay drama, simplemente están ahí. No están activos, están siendo clasificados, designados, los han vuelto un signo”. La obra funciona como una metáfora del desencanto que significó la democracia.

      Inmediatamente al lado, Ensayando la postura nacional se ofrece casi como la contracara de la obra anterior. “Durante la dictadura de Marcos Pérez Jimenez, la pintura de Pedro Centeno Vallenilla fue el arte oficial. A ese artista le interesaba mucho trabajar lo militar y lo racial, dos temas que, décadas después, también le interesaron al chavismo desde la otra orilla ideológica. Por derecha y por izquierda se han puesto sobre el tapete temas que todavía no han podido ser superados en nuestra sociedad”, explica Apóstol, hablando de Venezuela pero resonando en todo el continente.

      Mural de “Partidos políticos desaparecidos” en Venezuela (2023) en el jardín de Proa21. 
Mural de “Partidos políticos desaparecidos” en Venezuela (2023) en el jardín de Proa21.

      En el video que puede verse en Proa21 (y que tiene su correlato en una vasta serie de fotografías) Apóstol reproduce una serie de pinturas hechas en los años 50 por Centeno Vallenilla, que cuelgan, todavía, de las dependencias gubernamentales de Caracas. Para reproducir las pinturas, el artista convocó a personas de las clases populares. Admirador de Miguel Ángel y Tintoretto, en sus pinturas Centeno Vallenilla presenta los personajes en posturas muy difíciles de realizar físicamente. Cada foto (y el video) da cuenta del esfuerzo llevado a cabo por los modelos (no casualmente reivindicadores del chavismo) para intentar sostener esas incómodas y artificiosas posturas por un tiempo prolongado.

      Yamaicaleter es uno de los pocos videos de Apóstol que tiene sonido. En él, un grupo de personas lee fragmentos de la carta en la que Simón Bolívar esgrimió, en 1815, sus ideales emancipatorios para la república de Venezuela. Escrita originalmente en inglés, la carta es leída ahora dificultosamente por dirigentes comunales de distintas organizaciones políticas de Caracas. De modo sencillo pero eficaz, el artista hace que, debido al idioma, las aspiraciones bolivarianas suenen ajenas en la boca de sus contemporáneos lectores, que no parecen comprender lo que están leyendo.

      “Los proyectos de Apóstol suceden como dentro de un tablero –lo define Medina–. Avanza de un casillero por vez, y eso lo hace muy singular. Sus obras son como diversas partes de una misma historia, que se mueve reflejándose en una sucesión de espejos oblicuos. Es un artista que establece distancia crítica con aquello que busca contar, algo que no muchos han logrado todavía en Venezuela. Necesita ser visto con urgencia”.

      • Postura y Geometría... - Alexander Apóstol
      • Lugar: Proa21, Av. Pedro de Mendoza 2073
      • Horario: jue a dom de 15 a 19
      • Fecha: hasta el 15 de octubre
      • Entrada: gratuita

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      Sobre la firma

      Julia VIllaro

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