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      Instrucciones para ir a la cama con Dios

      Tras la recuperación de sus ideas en 2021 con Theodora en el Teatro Colón, la irreverente teóloga argentina Marcella Althaus-Reid es editada en su país por primera vez.

      Instrucciones para ir a la cama con DiosMarcella Althaus-Reid

      Escribir con la vulva implica una alteración del cuerpo, una transformación de las pautas civilizatorias del decoro. Sacarse la bombacha al momento de pensar un proyecto intelectual significa hacer de la sexualidad una epistemología, no solo un tema. Asumir la posición de una persona sexuada era la tarea que proponía la teóloga argentina Marcella Althaus-Reid (Rosario, 1952 – Edimburgo, 2009), por eso recurría a estas imágenes donde la ausencia de ropa interior hermanaba a una académica con las mujeres que venden limones en las calles. Era allí donde Althaus-Reid llamaba a encontrar una identificación y una filosofía.

      Marcella Althaus-Reid.Marcella Althaus-Reid.

      El método que guía el libro Teología indecente. Perversión teológica en el sexo, el género y la política (Paidos con traducción de Teresa Arijón) es similar al que utilizaba Michel Foucault cuando buscaba pensar los orígenes de la cárcel o los manicomios, no para quedar entrampado en esas instituciones sino como un dispositivo que le permitía comprender el funcionamiento del poder político y económico.

      Desde una primera persona, la autora se decide a intervenir la Biblia, a discutir las variadas interpretaciones que surgen desde la Teología de la Liberación, en un montaje de escenas donde se refiere a sus experiencias en los barrios y a la observación de prácticas de supervivencia para desarmar las estrategias en las que se asienta una ideología sobre el cuerpo y el sexo que siempre será decente.

      Una lectura sexual del Antiguo y Nuevo Testamento

      Al hacer una lectura sexual del Antiguo y Nuevo Testamento, la entidad política, los preceptos económicos ligados al sacrificio y la austeridad no pueden disociarse de la carne, de los usos del cuerpo, de los comportamientos adecuados.

      Hay un fundamento hermenéutico para crear el mito de una María siempre virgen que hace de la Mariología una continuación del discurso heterosexual, una versión tranquilizadora del feminismo porque no altera la definición recatada y doméstica.

      Theodora en el Teatro Colón. El oratorio de Händel con dirección escénica de Alejandro Tantanian y la participación de Mercedes Morán. Foto Teatro Colón/Arnaldo ColombaroliTheodora en el Teatro Colón. El oratorio de Händel con dirección escénica de Alejandro Tantanian y la participación de Mercedes Morán. Foto Teatro Colón/Arnaldo Colombaroli

      María es para esta académica que falleció en el año 2009 en Escocia, una simulación. La manera en que la teología sistemática expone su figura reproduce otras formas de desaparición porque la niega como sujeto y la convierte en una entidad abstracta.

      En el procedimiento que realiza Althaus-Reid, la sexualidad deja de ser un componente secundario para ocupar el protagonismo, pero el sexo que se manifiesta es el que ha sido descartado. Lo que hay que combatir es la preponderancia del discurso heterosexual que siempre ubicó al sexo de las mujeres, de los homosexuales y las travestis en un lugar subalterno.

      Para quien fuera profesora de la New College de la Universidad de Edimburgo no se trata solo de escuchar a los desplazados o de incorporarlos a los proyectos de emancipación. Las comunidades eclesiásticas de base se construyeron sobre el trabajo productivo de mujeres que nunca iban a tener un cargo similar al de un sacerdote.

      Un líder peruano de la Teología de la Liberación declaró que a las mujeres pobres de Latinoamérica lo único que les importaba era darles de comer a sus hijos como una descripción que anula toda ambición, todo deseo y que encierra a la mujer en la abnegación.

      Es en esos datos donde Althaus-Reid considera que la palabra de Dios asume una posición sexual. No existe democracia ni liberación posible si las ideologías (en este caso la teología como un sistema de pensamiento y de vida) no se vuelven indecentes.

      Marcella Althaus-Reid.Marcella Althaus-Reid.

      Para ser indecentes

      El concepto de indecencia estimula una pregunta sobre el sexo en esos territorios donde la sexualidad está funcionando como la variable oculta que determina el carácter político y los modos de sujeción económica. El estilo es una pieza fundamental para intervenir sobre los textos sagrados.

      Althaus-Reid habla de una cópula sin preservativo entre Dios y María, un encuentro de una noche donde lo irreal se juega en la paradoja de ir a la cama con Dios y no tener sexo. Se pregunta si hubo felación, si Jesús amaba tanto a Lázaro que tuvo que resucitarlo, si era tan irremediablemente gay que le encantaba que todos sus apóstoles fueran hombres.

      En esta enumeración no hay simplemente una voluntad blasfema. La autora considera que todos estos elementos están en las escrituras y en la narración del mundo cristiano y que analizarlos y subrayarlos permite darles un carácter similar a la experiencia que puede vivir cualquier persona que asiste a una iglesia.

      Althaus-Reid intenta impregnar de realismo ese relato idealista de la decencia y también quiere construir un sujeto social de la teología, darle un valor concreto y transformador.

      Si la teología es una ”ortodoxia sexual divinizada”, la autora que obtuvo su doctorado en la Universidad de St Andrews en Escocia, desarma cada uno de sus fundamentos al leer la Biblia en términos sadomasoquistas.

      Teología indecente, de Marcella Althaus-Reid (Paidos).Teología indecente, de Marcella Althaus-Reid (Paidos).

      Si bien narrativamente los textos sagrados pueden sostenerse bajo una lógica pornográfica, la idea es interrogar esa literalidad, forzar los parámetros de coherencia o incoherencia de la secuencia argumental para modificar el método de interpretación. Desarmar el discurso heterosexual con todos sus derivados políticos e ideológicos era una tarea que para Althaus-Reid había que realizar desde el sexo mismo.

      Si bien la autora encuentra en las conductas sacrificiales femeninas una carga ideológica que ella amplifica al pensar la imposición de planes económicos de hambruna desde una matriz que se origina en la doctrina cristiana, hoy podríamos pensar que ese razonamiento se desmorona frente a un discurso que estimula el disfrute y el consumo.

      Sin embargo la noción de decencia como la principal antagonista en el pensamiento de Althaus-Reid fue la que instaló la censura sobre la palabra de esta autora recientemente. Si las categorías de prohibición y transgresión parecen no regir el discurso del arte en la actualidad, lo que ocurrió el año 2021 con la puesta de Theodora en el Teatro Colón dirigida por Alejandro Tantaníán, expresa un límite frente a la palabra indecente que trajo la asociación de este oratorio de G. F. Hendel con el discurso de Marcella Althaus-Reid.

      Marcella Althaus-Reid.Marcella Althaus-Reid.

      Cuando Franco Torchia decidió incorporar fragmentos de este libro en la sacralidad del teatro Colón, recuperó a una autora casi desconocida en la Argentina para demostrar que hablar desde el sexo, desde la vulva, que sacarse la bombacha al momento de crear y pensar, marca la última línea de una revolución que todavía deberá enfrentarse a la ideología del recato.

      Teología indecente
      Marcella Althaus-Reid
      Paidos
      Trad.: Teresa Arijón
      ​352 págs.


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      Sobre la firma

      Alejandra Varela

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